El yogur griego tradicional es un yogur, hecho con leche de vaca o de cabra, al que se le extrae el suero. Eso es lo que le da una consistencia más espesa y mucha cremosidad.
Tenemos entonces un yogur más sabroso, denso y cremoso. El yogur griego tiene aproximadamente entre un 8% y 16% de proteínas, alrededor del doble que el yogur clásico.
La receta del yogur griego casero no tiene nada que ver con el que se vende en los supermercados. Este último, el comercial, contiene entre un 9 y un 10% de materia grasa. En cambio el casero puede hacerse sin añadir grasa láctea.
De modo que os dejamos aquí dos recetas para hacerlo, añadiendo o no materia grasa.
Ingredientes
Receta 1:
- Yogur natural (1 litro)
Receta 2:
- Leche (750 ml.)
- Nata líquida (medio litro)
- Yogur natural (125 gramos)
OPCIONAL: un termómetro (ayuda mucho)
Información práctica
- Tiempo de elaboración: unas 4 horas / unas 10 horas
- Calorías: unas 60 kcal los 100 gramos
Elaboración
Receta 1:
- Cogemos un bol grande y encima colocamos un colador grande.
- Sobre éste ponemos una gasa que lo cubra por entero.
- Echamos el litro de yogur encima de la gasa. Para que no desborde lo podemos atar con una cuerda o una goma.
- Lo metemos en la nevera durante unas 3 horas.
- Pasado ese tiempo, repartimos el yogur en frascos herméticos (de ese modo podemos conservarlo en el frigorífico durante una semana).
Receta 2:
- En un cazuela calentamos la leche mezclada con la nata.
- Cuando vaya a hervir retiramos.
- Esperamos a que baje la temperatura de la leche/nata hasta unos 60 grados.
- Cuando lo haya hecho, añadimos el yogur y mezclamos.
- Repartimos el yogur en frascos individuales, los tapamos y los guardamos durante 10 horas en un lugar templado.
- Pasado ese tiempo, el yogur habrá cuajado y ya lo guardaremos en la nevera.