La solicitud de nuevas pruebas por parte de la acusación particular ante el asesinato de Miriam Vallejo del 16 de enero de 2019, cuando apenas tenía 25 años, ha conseguido reabrir el caso del ya conocido como ‘crimen de Meco’, nombre que se le atribuye por el municipio madrileño donde se localiza el descampado en el que se halló el cuerpo sin vida de la víctima, informa ABC.
Después de que la juez que instruye el caso en Alcalá de Henares dejara en libertad al único imputado, Sergio Sáez, al no corroborarse el papel del joven en el asesinato, la acusación particular ha solicitado dos nuevos análisis, reabriendo con ello la investigación que había quedado paralizada.
La primera de estas pruebas se centra en la realización de un nuevo estudio de ADN de la ropa de Miriam, con el fin de «situaría al sospechoso en el lugar del crimen»; mientras que la segunda busca el estudio de las trayectorias de las 89 puñaladas que recibió la joven, dado que la diferencia de altura entre la víctima y el presunto autor de los hechos roza los 30 centímetros. Asimismo, en esta última se tendrá en cuenta la profundidad de las cuchilladas.
La jueza ha dado el visto bueno a ambos análisis, cuya solicitud se presentaba el pasado 7 de octubre, para así confirmar o desmentir la tesis de los investigadores de la Guardia Civil, que consideran culpable al imputado.
La autopsia final confirmó que Miriam Vallejo murió asesinada, tras recibir 89 puñaladas por todo el cuerpo, excepto el corazón. Del mismo modo, desvela que fue atacada por la espalda, ya que las primeras las recibió en la espalda.