La viruela del mono, una enfermedad que ha generado preocupación mundial, ha sido declarada como una emergencia sanitaria internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este paso decisivo se ha tomado en respuesta a la creciente expansión del virus en varios países, incluidos varios de Europa, donde España se encuentra entre los más afectados.
Situación en España
Desde que el brote de viruela del mono comenzó en abril de 2022, España ha registrado un total de 8.101 casos, consolidándose como uno de los países europeos con mayor número de contagios. En lo que va de 2024, se han notificado 264 nuevos casos, la mayoría concentrados en la Comunidad de Madrid.
La creciente incidencia de la enfermedad ha llevado al Ministerio de Sanidad a tomar medidas contundentes para contener el virus, siendo la vacunación una de las estrategias principales. Según el Ministerio, «en España se dispone de una vacuna mejorada frente a la viruela autorizada para prevenir tanto la viruela, como la viruela del mono».
¿Quiénes Deben Vacunarse?
A partir del aumento de casos en 2022, el Ministerio de Sanidad comenzó a vacunar a personas seleccionadas en junio de ese mismo año. Sin embargo, no todos están incluidos en la campaña de vacunación; solo ciertos grupos de riesgo han sido priorizados.
Entre las personas recomendadas para vacunarse se encuentran aquellas que mantienen prácticas sexuales de riesgo, con especial atención a hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH), aunque no exclusivamente. El Ministerio de Sanidad también ha señalado la importancia de vacunar al personal especializado en la atención de ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) o VIH, al personal de laboratorios que maneje muestras potencialmente contaminadas y a aquellos encargados de desinfectar locales donde se practiquen relaciones sexuales de riesgo.
Además, los contactos estrechos de personas infectadas también deberían recibir la vacuna como medida preventiva.
Modo de Contagio
El virus de la viruela del mono se propaga principalmente a través del contacto directo con los sarpullidos, costras o fluidos corporales de una persona contagiada. El contacto cercano y prolongado con fluidos corporales, como la saliva, también puede facilitar la transmisión. El virus puede además transmitirse por contacto con ropa de cama o superficies que hayan estado en contacto con una persona infectada. Es importante destacar que el virus puede transmitirse de una mujer embarazada a su feto.
Además del contagio entre humanos, la viruela del mono puede propagarse de animales a personas a través de mordeduras, arañazos o incluso por la ingesta de carne de animales infectados.
Síntomas y Evolución
La viruela del mono es una enfermedad poco común causada por un virus homónimo. Aunque la mayoría de las personas contagiadas logran recuperarse en unas semanas, el virus puede presentar complicaciones en ciertas poblaciones vulnerables.
El periodo de incubación de la viruela del mono puede variar entre 5 y 21 días, con un promedio de entre 7 y 10 días. Los síntomas iniciales incluyen:
- Fiebre
- Sarpullidos en la piel
- Dolores de cabeza y musculares
- Inflamación de los ganglios
- Cansancio
El protocolo de detección del Ministerio de Sanidad también indica que, entre 1 y 5 días después del inicio de la fiebre, suelen aparecer lesiones cutáneas que se concentran en las áreas genitales. Estas lesiones evolucionan hacia pústulas y costras que eventualmente se secan y se desprenden.
La sintomatología suele durar entre 2 y 4 semanas. Los casos más graves se observan generalmente en niños, mujeres embarazadas, adultos jóvenes y personas inmunodeprimidas.
Respuesta y Medidas Futuras
Ante la emergencia sanitaria declarada por la OMS, el Ministerio de Sanidad se prepara para intensificar las medidas de control y prevención, con un enfoque especial en la vacunación y la vigilancia epidemiológica. Se han programado reuniones de los máximos órganos técnicos para analizar las actuaciones necesarias y posibles ajustes en las recomendaciones actuales.
La situación sigue siendo dinámica, y las autoridades sanitarias están en alerta máxima para contener la propagación del virus y proteger a la población, especialmente a los grupos de mayor riesgo.