Tras un 2020 en el que el bitcoin ha presentado sus cartas para ser considerado un activo de inversión, el reto de 2021 será consolidarse como tal entre grandes y pequeños inversores
El bitcoin avanza a récord por día. Lo novedoso ya no es tanto el récord en sí, sino cuánto tardará en fulminar la siguiente meta. Por lo pronto, la más cercana son los 40.000 dólares a los que ya se acerca después de que ayer se situase en torno a los 38.500. Subió más de un 12% en la jornada. Tras un 2020 en el que el bitcoin ha presentado sus cartas para ser considerado un activo de inversión, el reto de 2021 será consolidarse como tal.
Aunque no todas las firmas lo consideran una alternativa fiable, cada vez más inversores se suman a la fiebre por este activo digital. Sólo el año pasado se revalorizó más de un 300% al calor de la incertidumbre por la crisis del coronavirus, la abundante liquidez disponible en los mercados y e los bajos rendimientos que arrojaron el resto de activos tradicionales.
Muchos particulares se han sumado en los últimos meses al boom del bitcoin, pero lo que ha marcado verdaderamente la diferencia ha sido el desembarco de los institucionales. «Estamos viendo cómo esta criptomoneda ha comenzado a formar parte de la estrategia de diversificación recomendada para inversores institucionales y bancos de inversión, algo que subraya la importancia de este activo en el mundo de la inversión», apunta Eric Demuth cofundador y CEO de Bitpanda, una firma neobroker europea de inversión.
La sombra de la especulación y la volatilidad permanecerán en torno a la criptodivisa, pero ninguno de esos factores echa para atrás a unos inversores cada vez más dispuestos a añadir exposición. «La demanda de activos alternativos está aumentando y las instituciones de todo el mundo están viendo al bitcoin como un activo de crecimiento y como una forma de protegerse contra el gran temor de 2021: la inflación», explica Simon Peters, analista de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.
Las perspectivas señalan que la situación seguirá siendo similar en los próximos meses, de ahí que los pronósticos de analistas como Peters sean optimistas para quienes decidan apostar por el bitcoin. «La generosidad financiera que hemos visto de los bancos centrales y los gobiernos ha erosionado el valor de los activos tradicionales como el efectivo y los bonos. Esto no muestra signos de disminuir, por lo que es poco probable que el impulso detrás de bitcoin se desvanezca en el futuro cercano».
Algunas firmas de análisis habían fijado el nivel a batir en 50.000 dólares en los próximos dos meses, aunque hay otras que van mucho más allá. El banco JP Morgan, que en 2017 calificó al bitcoin como un fraude, ha cambiado radicalmente de posición y estima ahora que la criptomoneda podría alcanzar los 146.000 dólares en el largo plazo a medida que la moneda digital sustituye al oro como valor refugio.
Pero la fiebre por el bitcoin no sólo le afecta a él. El interés por sacar el máximo rendimiento posible a las monedas virtuales se ha contagiado a otras muchas criptodivisas. Sólo un día después de que el bitcoin superase los 34.000 dólares por primera vez en su historia, Ether registró avances de hasta el 43%. Actualmente ronda los 1.200 billetes verdes.
«En un momento de incertidumbre como el actual, sólo podemos confirmar que el rally de las criptomonedas no muestra signos de debilidad y otras monedas están siguiendo la tendencia alcista. Los principales actores financieros están reforzando sus carteras de cara al 2021 y buscando protección ante un escenario de tipos de interés bajos a largo plazo y un repunte de la inflación debido a la inyección monetaria del BCE», señala Alejandro Zala, country manager de Bitpanda en España.