Una pareja acusada de matar a su hija de 10 semanas: la menor tenía 18 fracturas en las costillas

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asesinar a su hija de 10 semanas pocas horas después de que un trabajador social les dijera que el bebé no podía residir con ellos y que necesitaba ser atendido en una «unidad residencial». Según ha detallado el DailyMail la menor presentaba una lesión grave en la cabeza, 18 fracturas en las costillas, dos más en la pierna derecha y hematomas severos.

Lauren Saint George y Darren Hurrell, de 25 años, están acusados de matar a su hija, Lily-Mai Saint George, en Londres. La pequeña, que sólo tenía 10 semanas, dejó de respirar y fue la madre quien avisó a los servicios de emergencia. A su llegada, los progenitores explicaron que le habían practicado maniobras de reanimación cardiopulmonar, «que la bebé había estado pálida e inquieta durante un par de días y que no tomaba la leche adecuadamente», según recoge DailyMail.

Fue trasladada de inmediato al hospital, pero los médicos no pudieron hacer nada por salvarla debido a la cantidad de lesiones que presentaba en todo el cuerpo.

Los servicios sociales fueron avisados

La niña nació de manera prematura, por lo que los primeros dos meses de vida los pasó en el hospital. Tiempo suficiente para que el personal mostrara «su preocupación por la capacidad de los padres para satisfacer las necesidades emocionales, físicas y de desarrollo del bebé». Advertencias que, sin embargo, no fueron escuchadas en un primer momento por los servicios sociales.

Un día antes del fallecimiento, un tribunal de Londres comunicó que la familia tendría que ser derivada a una unidad residencial para una supervisión más cercana de la menor y sus padres. No dio tiempo, al poco murió en el Hospital Infantil Great Ormond Street.