Karina Rodini padece una enfermedad genética que le provocó la aparición de un tumor que llegó a pesar 40 kilos. La joven tenía una mancha en uno de sus muslos, pero con 12 años esa mancha comenzó a crecer y cambió de color.
La indicaron que tenía neurofibromatosis con dos años. Se trata de un trastorno genético del sistema nervioso que le causa la aparición de de constantes tumores no cancerígenos en su cuerpo.
Hasta esa edad no se le había desarrollado a pesar de haberse diagnosticado cuando era un bebé. A los 12 años, la mancha se convirtió en un tumor de 9 kilos alojados en su útero.
Esto le obligó a operarse para poder extirparlo, pero la enfermedad continuó avanzando y provocó complicaciones en su salud. Los médicos no consiguieron controlarle la enfermedad a pesar de haberle realizado unas diez operaciones entre los años 2012 y 2018.
Desde entonces, Karina Rodini explica que cada dos o tres años la operan para extraerle un kilo. A pesar del tiempo pasado, Rodini no se ha dado por vencida y desde hace unos años se sumó a las redes sociales para contar su historia y pedir ayuda.
«Vivo en Brasil y no hay un médico especializado para ayudarme. Se está haciendo más grande y no puedo encontrar ningún pantalón que me quede bien. Se está volviendo demasiado pesado y ni siquiera puedo hacer cosas simples como caminar, sentarme o levantarme«, indicó la joven en su perfil de GoFundMe.
12 horas de operación
Al final encontró a un médico estadounidense que se interesó por su caso. Este le realizó una cirugía con la que consiguieron extraerle 30 de los 40 kilos. «La necesidad de recuperar calidad de vida me hizo tomar valor, exponer mi problema en las redes sociales», contó a varios medios locales.
La operación duró 12 horas e intervinieron un cirujano plástico, un dermatólogo, un genetista, un cardiólogo, un ortopedista y un oftalmólogo.