Felipe VI y doña Letizia han contactado en su periplo, que se ha extendido durante algo más de un mes, con representantes de los empresarios, sindicatos, hoteleros, agricultores, ganaderos, pescadores, sanitarios y centros de atención social, entre otros, para tomar el pulso de la situación
La gira autonómica culminada esta semana por los reyes les ha llevado a recorrer casi 17.000 kilómetros repitiendo sus mensajes de apoyo y ánimo a instituciones, sectores y colectivos que les han dejado patente la gravedad de la crisis provocada por el coronavirus.
Felipe VI y doña Letizia han contactado en su periplo, que se ha extendido durante algo más de un mes, con representantes de los empresarios, sindicatos, hoteleros, agricultores, ganaderos, pescadores, sanitarios y centros de atención social, entre otros, para tomar el pulso de la situación.
Han escuchado sus preocupaciones y sus demandas y han podido comprobar cómo lugares turísticos repletos otros años en estas fechas distaban mucho de volver a la normalidad, con playas semivacías y decenas de establecimientos cerrados.
Su conclusión, según explicitó el jefe del Estado en la última etapa de la gira, Asturias, es que tras escuchar todos esos puntos de vista y comprobar in situ el impacto de la COVID-19, «no será nada fácil» superar la grave situación que vive España.
Pero dijo estar convencido de lograrlo con «unión, responsabilidad y solidaridad» al margen de «las ideas y las siglas» de cada uno.
GIRA ENTRE REBROTES
La mascarilla ha acompañado a don Felipe y doña Letizia en su gira, bien porque su uso era recomendado inicialmente o porque se fue convirtiendo en obligatorio en casi todos los territorios debido a los rebrotes del virus.
Esos rebrotes habían obligado ya al Gobierno de Aragón a adoptar medidas restrictivas en algunas zonas de la comunidad cuando la pareja real visitó la comunidad.
Con todos los presidentes autonómicos han ido comentando cómo evolucionaba la situación y Zarzuela lo ha tenido presente para confeccionar las agendas, pero sólo hubo una cancelación de actos.
El día 20 de julio, tras desplazarse al Monasterio de Poblet, en Tarragona, tenían previsto protagonizar varios actos en Barcelona que se suspendieron ante el aumento de contagios.
SIN TORRA NI MINISTROS DE PODEMOS
Por tanto, los reyes no fueron a Barcelona. Limitaron su agenda a Poblet y hasta allí no se desplazó el presidente del Govern, Quim Torra, que tampoco envió a representante alguno de la Generalitat a acompañar a don Felipe y doña Letizia.
Fue el único presidente autonómico que no ha estado junto a ellos en esta gira.
El resto lo ha hecho cuando han recalado en sus respectivas comunidades, incluido el lehendakari, Íñigo Urkullu.
Acompañando a los reyes también ha habido siempre un ministro, pero ninguno de Podemos.
El que más veces se ha desplazado con ellos (en cuatro ocasiones) ha sido el de Cultura y Deportes, José Manuel Rodríguez Uribes, seguido por la titular de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto (tres).
Algunos miembros del Gobierno lo han hecho en las visitas a sus lugares de origen, como la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, en la parada que hicieron en Córdoba.
VÍTORES Y CRÍTICAS
En los pueblos y ciudades visitadas, don Felipe y doña Letizia han escuchado de forma mayoritaria vivas a España y a la Corona.
Pero no han faltado gritos y cánticos antimonárquicos que, en medio de la polémica por los supuestos negocios opacos del rey Juan Carlos, se han mezclado con esos vítores y en algunas etapas han tenido especial relevancia.
Entre ellas las del País Vasco, Navarra y, especialmente, Cataluña, donde los Mossos d’Esquadra llegaron a detener a una persona entre críticas de las formaciones independentistas.
El Teatro Romano de Mérida, al que acudieron los reyes para la apertura del festival de teatro clásico, vivió también un duelo entre vivas a España y a los reyes, por un lado, y proclamas a favor de la república, por otro.
Un duelo que acabó cuando un espectador pidió dejar de lado la política para centrarse en la cultura que allí les había reunido.
Ese momento lo vivieron también la princesa Leonor y la infanta Sofía. Ambas se desplazaron junto a los reyes a Mérida para reforzar su mensaje de apoyo al turismo cultural y a los espectáculos teatrales ante sus dificultades por la pandemia.
Mérida fue también el único lugar de toda su gira en el que los reyes pernoctaron.
TORREZNOS, PAELLA Y HELADO
Los reyes han recorrido paseos marítimos, cascos de ciudades, plantaciones de plátanos o melocotones y campos de viñedo, bodegas, laboratorios, centros tecnológicos, museos, templos o granjas escuela y se han subido a barcos pesqueros.
Han sido agasajados con danzas como un aurresku en Euskadi o una jota montañesa en Cantabria y se han sucedido los ofrecimientos para que probaran alguno de los productos típicos de cada zona o de establecimientos instalados en ellas.
No faltó una fuente de torreznos en Soria, un helado de turrón sin azúcar en Benidorm, jamón ibérico en la playa grancanaria de las Canteras, frambuesas ecológicas en la localidad soriana de Vinuesa o las típicas anchoas de Santoña (Cantabria).
Y en su visita a la Comunidad Valenciana eligieron uno de los restaurantes de la playa de la Malvarrosa para disfrutar de una típica paella.
No en todas las ocasiones se les ha visto degustar esos productos, pero sí hubo imágenes del monarca probando el helado de turrón en el local de Benidorm que ya ha colocado un cartel sobre esa variedad para atraer clientes: «El helado de Felipe VI».
LAS ANÉCDOTAS
También cató el jamón ofrecido por un bar canario donde a la reina, que optó por no probarlo, se la pudo escuchar aconsejando a don Felipe: «Apóyate en la barra».
En su visita a un centro de atención a personas con discapacidad intelectual en Cuenca, doña Letizia aclaró la pregunta que le dirigió un joven que, tras comentar que la había visto ejercer de periodista en televisión y ahora ya no lo hacía, quería saber si se había cansado.
La reina le explicó que lo dejó hace tiempo al casarse con el entonces príncipe.
También en Cuenca conversaron con una vendedora de la ONCE que ofrecía un número cercano al de la fecha de su boda. Muchos periodistas lo adquirieron pero sin suerte.
En su intento de promocionar actividades turísticas recorrieron un tramo del Camino de Santiago en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja) que acabó en su catedral.
Se trata del único templo del mundo con animales vivos en su interior (un gallo y una gallina) en recuerdo de un milagro que se atribuye a quien da nombre a la localidad. El canto del gallo acompañó esa visita.
En Torrelavega (Cantabria) el rey exhibió con orgullo ante los informadores gráficos un cencerro con una cinta rojigualda que le habían reglado en el mercado de ganado de esa localidad, y también el rey ayudó a hacer patente la reivindicación de Soria para ser tenida en cuenta.
Al llegar a la plaza del ayuntamiento se percató de que una pancarta de la plataforma «Soria ¡Ya!» con el lema «Soria quiere futuro» se había descolgado de una valla y ayudó a colocarla para que pudiera verse sin problemas.