tiburón solrayo, una hembra, de más de tres metros de longitud y objeto de sorpresa de los marineros de la ría de Arousa. El ejemplar cayó, accidentalmente, en las redes de un barco de bajura, para impresión de la tripulación y los vecinos de la zona, que pudieron verle en esas mismas aguas horas después.
Se trata de una especie común en aguas más cálidas, templadas incluso, en zonas como el Caribe o el Mediterráneo. Tras su captura, los marineros lograron desenredados y el animal se marchó nadando. Se le volvió a ver varias veces más a lo largo de la tarde del jueves, en zonas cercanas. Pero, caída la noche, pereció y el servicio de obras del Ayuntamiento de Vilagarcía, junto con la Guardia Civil, se encargaron de retirarlo con la ayuda de una pala.
El ejemplar fue entonces trasladado al Cemma, la Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Marinos, y fue entonces cuando los expertos supieron de qué animal se trataba. Un tiburón solrayo, de unos trescientos kilos de peso y nunca antes visto en las costas gallegas.
Tras practicarle una necropsia se pudieron aportar más datos como que, al tener el estómago vacío, se sabe que pasó un largo tiempo sin alimento. Además, se entiende que su estado de salud no era bueno y por eso buscó el abrigo de una ría, lejos de las frías aguas.
La supervivencia de estos ejemplares, capturados de forma accidental, se reduce hasta el 5%.