Después de Navidad, muchos centros escolares de Aragón realizan excursiones al Pirineo en las denominadas semanas blancas para que los más pequeños aprendan este deporte. Unas jornadas lúdicas que se convirtieron en un infierno para un grupo de niñas que, supuestamente, habrían sufrido una serie de abusos sexuales por parte de un monitor de una empresa externa en la estación de Candanchú. Ayer fue detenido por la Guardia Civil.
Fueron los padres de las menores escolarizadas en Zaragoza los que interpusieron la pertinente denuncia, después de ser conocedores de los tocamientos realizados, presuntamente, por el ahora arrestado. El papel de los profesores habría sido fundamental para destapar el caso y romper el silencio ante el miedo que imperaba en el grupo. Fue el último día de un viaje en el que se hospedaron en el albergue Villanúa, a tan sólo 12 kilómetros de Jaca y a 16 de Astún y Candanchú
Ante la gravedad de los hechos que afectarían a, al menos, una decena de chicas, rápidamente se activó el protocolo de estos casos de víctimas de la violencia sexual en el que el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM) del Gobierno autonómico ofreció no solo asistencia psicológica, sino también jurídica que ayer acompañó a varias denunciantes en el complicado proceso de contar lo sucedido ante los agentes encargados de una investigación que está siendo dirigida por la magistrada del Juzgado de Instrucción de Jaca. Unos hechos que con el cambio legislativo, conocida como la ley del solo sí es sí, tendrán que tipificarse como un delito de agresión sexual a menor de 16 años.