Un hombre pierde la herencia de su difunta mujer por incumplir la promesa de fidelidad e irse con otra durante 25 años

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condiciones y últimos deseos y peticiones que el difunto quiere que se lleven a cabo. Actualmente, no es de extrañar que se encuentren testamentos imposibles de cumplir o incluso que sean ilegales, por lo que la ley puede excluirlos de cumplimiento obligatorio.

Una historia que rompe todos los esquemas

En 1975 una mujer dejó escrito en su testamento, que si su marido comenzaba una relación con otra persona tras su pérdida, este perdería la herencia que le corresponde. La esposa murió en 1996.

Ahora, el hombre, se enfrenta a una sentencia en la que tendrá que luchar por los bienes que le dejó su difunta esposa, por vivir 25 años con otra mujer, que intentó hacer pasar por su prima, aunque nunca llegaron a casarse. Por tanto, de acuerdo con el testamento, esos bienes ya no le corresponden.

La sentencia

La Audiencia Provincial de A Coruña, ha dado razón a la hermana de la difunta, después de varios años de lucha continua por lo que le correspondía a ella y a su hermano. Los jueces obligan al hombre a darles la herencia a sus cuñados, quedándose con la cuota viudal que le corresponde por ley.

La herencia del esposo es nula, por lo que los hermanos pasarían a ser herederos de los bienes. De esta forma, se solicita la restitución de los bienes de la herencia y se declaran nulas las transmisiones que se pudieran haber hecho de esos bienes.

No obstante, la resolución no es firme, por lo que el hombre puede recurrir en casación al Tribunal Supremo.

Nueva pareja

El hombre y las manifestaciones de los testigos aportados por él mismo, aseguraban que se trataba de su prima, a pesar de que resultara algo sospechoso, según los magistrados.

El tribunal gallego asegura que las pruebas confirman que el hombre mantuvo durante muchos años «una vida común» con la que según los testigos del viudo, era su prima. Convivió con ella desde finales de los años ochenta hasta el fallecimiento de esta, en 2016.

Además, la familia de la segunda mujer, incluyó en la esquela, el nombre del demandado seguido de «su esposo», lo que resultó algo sospechoso para los magistrados. Ésta falleció por una enfermedad, y en su lápida se colocó la frase «recuerdo de tu esposo, hijas y nietos». Si bien algo que resultó evidente para el letrado, fue que la hija de la fallecida afirmó que «esposo» hacía alusión a su primer marido que falleció hacía ya 30 años. A lo que el demandado aseguraba que escribir «primo» resultaba muy frío, y por eso decidieron utilizar «esposo».

La familia de la segunda difunta, no tardó en justificar las acciones del hombre, asegurando que pasaba tiempo en casa de la mujer, pero que únicamente se debía al cariño familiar que se tenían como primos.

La solución

Se dictó una primera sentencia, que, según la Audiencia provincial de A Coruña presentaba fallos, al no valorar las pruebas presentadas desde un principio. Por ello, los magistrados del tribunal gallego han dado la razón a la hermana de la primera mujer, obligando al hombre a devolver los bienes que le corresponden a la familia de la primera difunta y dejarle a él con lo que le corresponde por la cuota viudal.