Donald Trump confirma el ataque a las instalaciones nucleares de Fordow, Natanz e Isfahán; Irán responde con misiles contra Israel tras la entrada en guerra de EE. UU.
Estados Unidos entra en guerra con Irán
Estados Unidos ha entrado en conflicto militar directo con Irán. Así lo ha confirmado el presidente norteamericano Donald Trump en la madrugada de este domingo, anunciando un bombardeo a gran escala sobre tres instalaciones nucleares iraníes: Fordow, Natanz e Isfahán. El ataque fue realizado con misiles de alta precisión, incluidos proyectiles antibúnker capaces de alcanzar los 80 metros de profundidad.
“Los bombardeos fueron un éxito militar espectacular”, declaró Trump, asegurando que los aviones participantes ya se encuentran fuera del espacio aéreo iraní. En particular, la base de Fordow, una de las infraestructuras subterráneas más estratégicas del programa nuclear iraní, habría sido alcanzada por una “carga completa de bombas”.
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Justificación del ataque y amenazas futuras
Trump ha instado a Irán a firmar la paz de forma inmediata: “Irán debe firmar ahora la paz. Si no, los ataques futuros serán mucho mayores y más fáciles”. La intervención militar ha sido justificada como una respuesta ante el programa nuclear iraní y el apoyo de Teherán a grupos hostiles a Israel. El mandatario ha contado con el respaldo del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, quien celebró públicamente la decisión de Washington de intervenir en el conflicto.
Según ha asegurado la Agencia Internacional de la Energía Atómica, tras los ataques no se ha detectado un aumento de radiación en ninguna de las zonas afectadas.
Respuesta de Irán: misiles contra Israel
La reacción iraní no se ha hecho esperar. El ministro de Exteriores, Abás Araqchí, ha declarado que Irán se reserva “todas las opciones para defender su soberanía” y que el ataque estadounidense “acarreará consecuencias duraderas”. En las horas posteriores al bombardeo, Irán lanzó una serie de misiles contra el territorio israelí, impactando en varias localidades.
Según los servicios de emergencia israelíes, al menos once personas han resultado heridas, una de ellas de gravedad moderada por metralla. Las zonas afectadas incluyen el distrito de Dan, Tel Aviv, Haifa y partes del centro del país. En algunos casos, los proyectiles provocaron el derrumbe de edificios y daños materiales considerables.
Las sirenas antiaéreas se activaron en Jerusalén y otras ciudades del norte y centro del país. Las autoridades ordenaron la suspensión de toda actividad educativa y laboral por motivos de seguridad.
Un ataque planificado con armamento de alta tecnología
Fuentes del Pentágono han confirmado el uso de bombarderos estratégicos B-2 y misiles antibúnker GBU-57, hasta ahora no utilizados en combate real. Estos proyectiles están diseñados para destruir estructuras subterráneas de gran profundidad, como las que alberga el programa de enriquecimiento de uranio iraní en Fordow.
Estados Unidos habría lanzado el ataque tras aplazar durante dos semanas su decisión sobre una posible intervención militar, dejando abierta una vía diplomática que finalmente no prosperó.
Riesgo de escalada militar y consecuencias económicas
Expertos en geopolítica y defensa han advertido que el conflicto podría extenderse a otros frentes. Irán podría atacar bases militares de EE. UU. en Irak, Siria, Catar o Bahréin, así como movilizar a aliados como Hezbolá en Líbano o los hutíes en Yemen.
Además, la situación amenaza con desestabilizar el tráfico marítimo en el estrecho de Ormuz, por donde circula una parte esencial del suministro global de petróleo. La tensión en la región podría provocar una subida del precio del crudo e incrementar la inflación global, especialmente en Europa y Estados Unidos.
Posición internacional y próximas acciones
Mientras el Gobierno de Trump refuerza su retórica de firmeza y exige una rendición incondicional por parte de Irán, diversos actores internacionales, incluida la Unión Europea, han expresado su preocupación por la posible escalada del conflicto y han instado a todas las partes a detener la violencia.
Hasta el momento, ni la Casa Blanca ni el Departamento de Estado han confirmado si se contemplan nuevas fases ofensivas o el despliegue de tropas terrestres. La situación permanece en evolución y bajo constante seguimiento por parte de organismos internacionales.
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