Los nueve integrantes del tribunal del jurado que desde este viernes y durante toda la jornada del sábado han deliberado sobre la culpabilidad o no culpabilidad del acusado de asesinar a su mujer, Cristina Martín, aquejada de la enfermedad de Menier, en febrero de 2017 en Mora (Toledo), le han considerado culpable por unanimidad.
La sección segunda de la Audiencia Provincial de Toledo ha acogido toda esta semana la repetición del juicio con jurado contra José Rafael G., tras quedar anulado el celebrado en abril de 2019, por la falta de fundamentación de una de las respuestas del jurado, lo que dio lugar a la anulación del veredicto y consiguientemente a la anulación del juicio por parte del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha.
Antes de producirse el veredicto ofrecido esta noche por el tribunal del jurado, pasadas las 00.00 horas del sábado, el magistrado ha devuelto en dos ocasiones el acta del veredicto, al considerar que un par de respuestas no estaban fundamentadas, una de ellas referente a las vejaciones que la víctima recibía de su marido.
Una vez subsanada la petición de aclaración, la presidenta del jurado ha dado lectura al veredicto de culpabilidad del acusado, que ha sido votado por unanimidad, si bien algunas de los preguntas de las que constaba el objeto del veredicto no han gozado de consenso, como la relativa a si la víctima tuvo posibilidad o no de huir de su agresor, pese a sus graves problemas de movilidad, equilibrio y dolor crónico, o si tenía miedo de que su marido la pudiera matar.
Todos los integrantes del jurado han considerado probado que los hechos tuvieron lugar el 5 de febrero de 2017 en el domicilio del municipio toledano donde residía el matrimonio con su hija de cuatro años, los padres de la víctima y la hermana de ésta junto a su hijo, de pocos meses de edad.
También que la víctima acudió al baño situado en la habitación donde estaba el acusado, porque era el único acondicionado y el que podía usar por sus limitaciones de movilidad, lo cual motivó que el procesado se molestara y la insultara diciéndole «hija de puta, zorra, te voy a matar», para dirigirse después a la cocina y regresar al salón, donde ya estaba su mujer, con un cuchillo y asestarle dos puñaladas a la altura del tórax que le causaron la muerte de una forma casi inmediata.
También han estado todos de acuerdo en que él lo hizo ejerciendo «una dominación machista» y con ánimo de acabar con su vida o pudiendo imaginarse que con su conducta le causaría la muerte a su mujer, que presentaba una salud precaria y pesaba 40 kilos.
En las preguntas a favor del acusado, el tribunal del jurado ha votado por unanimidad que, en aquella época, estaba afectado por una depresión «grave o mayor», que le provocaba «una inestabilidad y agresividad que no podría controlar».
En el turno de peticiones finales de las partes, el fiscal ha reiterado su petición de prisión permanente revisable, al considerar que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía de género y concurre, además, la circunstancia agravante de parentesco, así como la de cometer el acto por razones de género.
A este petición, que incluye también la inhabilitación de la patria potestad de la hija menor que tenía en común con la víctima, con la que no podrá comunicarse en modo alguno, así como tampoco con la familia de la fallecida, se han sumado las dos acusaciones particulares y la acusación popular, mientras que la defensa ha pedido, en base al veredicto del jurado, una pena de 16 años de prisión por homicidio.
Una vez que el juicio ha quedado visto para sentencia, el magistrado tendrá que dictar, en los próximos días, sentencia condenatoria, estableciendo las penas que, a su juicio, correspondan.