Así, la ministra ha indicado que a la situación de estas semanas hay que sumarle «la caída de la demanda el año pasado a causa de la pandemia del coronavirus». Ribera ha añadido que el coste de la energía «representa un tercio de la factura. Otro tercio son peajes y cargos y el último tercio es fiscalidad».
El Gobierno dedicó varias semanas ha asegurar que el aumento escapaba a su gestión y obedecía a factores externos, una explicación que matizó la Unión Europea señalando que los países miembros si tenían herramientas, a nivel nacional, con las que intentar bajar los precios.
‘Nacionalizar’ la energía
Tras plantear, la semana pasada, la creación de una empresa pública y nacional de energía, una propuesta de Unidas Podemos, el Gobierno vuelve a mostrarse esta semana algo más comedido. «Nos hemos concentrado en trabajar para conseguir que el precio de la energía tenga costes operativos bajos y no dependa de factores externos», ha señalado Ribera.
La responsable de Transición Ecológica señaló la semana pasada que cambiar las cosas y el precio de la luz «de un día para otro es demagogia barata o no saber de lo que se está hablando». Ribera admitió que «a corto plazo hay elementos» de la factura fuera del control del Gobierno.
En ese sentido, señaló a los precios de las materias primas para producir energía (gas y petróleo), a los costes por emisiones de CO2 y al diseño común del mercado en Europa como los principales responsables del incremento de la factura.