Suecia y Finlandia, a un paso de su adhesión a la OTAN

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Suecia y Finlandia en la OTAN parece inminente por el transcurso de la guerra en Ucrania. Ambos países nórdicos se han opuesto históricamente a la adhesión, pero la invasión rusa ha trastocado todos los papeles y ahora es una opción más que real. El Kremlin sigue avisando de las «consecuencias» que supondría expandir las fronteras de la Alianza hacia ambos países, los cuales ya han sido amenazados por Rusia.

En Finlandia, el apoyo a la Alianza Atlántica ha pasado del 22% al 62%, la primera ministra, Sanna Marin, ha asegurado que «ese es el camino». El pasado miércoles reiteró en una rueda de prensa en Estocolmo que el país tomará una decisión en «unas semanas». «Creo que nuestro proceso va a ser bastante rápido, hablamos de semanas, no de meses», detalló. «No hay otra forma de tener garantías de seguridad que bajo la disuasión y defensa colectiva de la OTAN, tal y como garantiza el artículo 5 de la Alianza», añadió.

Desde Suecia también analizan una situación que reconocen haber cambiado todo. La primera ministra sueca, Magdalena Anderson, preguntaba: «¿Qué es lo mejor para nuestra seguridad». Ambos países iniciarán el debate parlamentario pertinente, la posición puede llegar en mayo y la petición y proceso, como avanzaron hace unos días, en junio durante la cumbre de la Alianza en Madrid. La guerra en Ucrania ha reforzado la OTAN en Europa.

La expansión de la OTAN es una posibilidad muy real

La última vez que se produjo una nueva adhesión en la OTAN fue en 2009, cuando Albania y Croacia entraron de la mano. El caso de Ucrania y la Alianza es muy singular, en 2008 comenzaron el proceso de adhesión de la mano de Viktor Yúshchenco. Sin embargo, en 2010 cambió la presidencia de Ucrania y las relaciones con Europa se enfriaron. En 2020, Volodímir Zelenski, actual presidente ucraniano, aprobó la Estrategia de Seguridad Nacional, con el objetivo de entrar en la Alianza, algo que no gustó a Rusia e intensificó la tensión.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró el pasado martes que la adhesión de Suecia y Finlandia a la OTAN no permitiría aumentar la seguridad en Europa porque «ya representa en sí misma una herramienta para provocar la confrontación». «La OTAN no es un bloque militar que garantiza la paz y la estabilidad, y una mayor expansión de la alianza, seguramente, no propiciará una seguridad adicional al continente europeo», aseveró en su rueda de prensa diaria.

La fortaleza de la OTAN parece más férrea que nunca, sin embargo, desde Francia, la candidata a la presidencia, Marine Le Pen, se ha comprometido a sacar al país del Mando Aliado si vence a Macron en la segunda vuelta. Las relaciones entre Le Pen y Vladímir Putin han sido muy buenas en los últimos años. En 2018, su partido recibió un préstamo de 8 millones de euros de un banco ruso vinculado al Kremlin.