Desde 2020 a 2021, durante los dos peores de años de pandemia de COVID-19, ha aumentado en Castilla-La Mancha la tasa de población en riesgo de pobreza, así como el número de hogares con carencias materiales y con dificultades para afrontar los gastos imprevistos y, más concretamente, los relacionados con la vivienda. Son algunos de los datos que arroja la nueva Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE) con datos consolidados del año pasado.
En general, apuntan a que la tasa de riesgo de pobreza y exclusión social (la conocida como AROPE) ha pasado del 30,7% al 32,5% en esos dos años. La media nacional es del 27,8%. Por encima de Castilla-La Mancha se sitúan Andalucía (38,7%), Extremadura (38,7%), Canarias (37,8%) y Murcia (33,8%).
Estos indicadores quedan reflejados en casi todas las variables de la comunidad autónoma , mientras que en otros la evolución que refleja el INE es levemente positiva. Por ejemplo, en cuanto a carencia material severa, aunque en 2020 la tasa descendió al 6,8%, el año pasado volvió a incrementarse hasta el 7,5%, tal y como han venido apuntando organizaciones como la EAPN o Cáritas.
Carencias materiales
Las cifras más concretas se observan en la estadística referida a los hogares con carencia material por comunidades autónomas. En el caso de Castilla-La Mancha, se ha incrementado el número de aquellos que no pueden permitirse unas vacaciones al menos una vez al año, pasando del 34,1% al 36,2%. Crecen igualmente los que no pueden comprar una comida de carne, pollo o pescado a menos cada dos días: del 3,5% al 4,5%.
Uno de los mayores incrementos se produce entre la tasa de hogares que no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada, que pasa del 10,7% registrado el 2020 al 17,2% del año pasado. En cuanto a las familias que no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos, pasan del 33% al 36,3%.
Sube también el porcentaje de familias que han tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda (hipoteca, alquiler, recibos de gas, comunidad), del 6,9% al 10%. Y, aunque menos acusados, las subidas también se reflejan en quienes no pueden permitirse tener un automóvil, del 2,1% al 2,9%; y quienes no pueden disponer de un ordenador personal, del 5,2 al 5,6%.
La encuesta incluye la nueva definición de tasa de riesgo de pobreza o exclusión social AROPE que afecta a dos de sus tres dimensiones: ahora es carencia material y «social» severa, y hay una nueva definición de baja intensidad en el empleo. Por su parte, la definición de riesgo de pobreza no cambia.
Por último, en cuanto a la renta anual neta media, en Castilla-La Mancha ha bajado levemente, pasando de los 10.485 euros de 2020 a los 10.257 euros de 2021. Pese a ello, sigue estando muy por debajo de los 12.269 euros de media estatal, y es de las más bajas del país junto con Extremadura, Andalucía y Murcia. Precisamente, CCOO ha alertado de que esta comunidad está a la cola del gasto medio por persona en todo el país, con 9.587 euros, frente a los 13.982 euros del País Vasco o los 13.541 euros de Madrid, según la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) correspondientes al año 2021, y que tienen «mucho que ver con que sea una región de bajos salarios”.