Eirene (la que trae la Paz). Con este nombre griego se ha bautizado el dispositivo de seguridad que España está ultimando para la cumbre de la OTAN, un evento que va a requerir un amplio dispositivo policial y que volverá a poner a prueba la capacidad de este país para organizar reuniones de tan alto nivel.
Los detalles del dispositivo aún no se han dado a conocer oficialmente, pero fuentes policiales han adelantado a Efe que será uno de los más importantes de la democracia, también en número de efectivos, que aún no se puede concretar porque depende, entre otras cosas, de los requerimientos de algunas delegaciones, como la de Estados Unidos.
Sí se ha decidido (y hace bien poco) el nombre del operativo, y se ha elegido Eirene, la diosa de la Paz, hija de Zeus y Temis y hermana de Eunómia (el orden) y de Dice (la justicia).
El nombre del operativo no se ha elegido al azar. Como recalcan a Efe las fuentes, Eirene es una llamada a la paz en Ucrania, al cese de la guerra que, si todo sigue así, ya habrá cumplido cuatro meses cuando Madrid acoja los días 29 y 30 de este mes la cumbre.
Miles de agentes, más de 2.300 antidisturbios
Una de las pocas cifras que las fuentes consultadas aseguran a Efe es la de los miembros de las Unidades de Intervención Policial (UIP) -los llamados «antidisturbios«- que participarán en el operativo. Serán algo más de 2.300 agentes pertenecientes a 47 grupos.
Se trata de casi la totalidad de las unidades de esta especialidad, salvo las que permanecerán en Cataluña (La Junquera) y en las zonas del Levante, del sur y de Canarias más afectadas por la inmigración irregular.
Hace varios meses que la Policía ya tiene reservados los hoteles donde se alojarán estos agentes, que en su mayoría proceden de las unidades ubicadas en diferentes provincias.
Los «antidisturbios» garantizarán el orden en una cumbre que, según subrayan las fuentes, se prevé tranquila. Porque creen que las movilizaciones convocadas no empañarán el desarrollo del evento.
A fecha de hoy se tiene constancia de tres protestas -convocadas por formaciones de izquierda en un caso y grupos antisistema y anarquistas en los otros- que se celebrarán en los días previos a la cumbre, pero en las que no se esperan acciones violentas.
Junto a los «antidisturbios» garantizarán la seguridad miles de agentes de la Policía Nacional y una cifra menos gruesa de guardias civiles de las diferentes especialidades en ambos cuerpos, desde las unidades de Información hasta las de Seguridad Ciudadana, Subsuelo, Unidad Canina, Tedax, etc….
A ellos se sumarán los agentes que realicen labores de escolta en cada una de las delegaciones que participarán en la cumbre y que, en su mayoría, requerirán en torno a cuatro coches por cada uno de los tres miembros de cada delegación.
Es decir, por cada jefe de Estado o presidente, ministro de Asuntos Exteriores y máximo responsable de Defensa de cada país.
Los 30 países miembros de la OTAN
Acudirán los 30 países miembros de la Alianza Atlántica: los doce fundadores (Estados Unidos, Canadá, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido y Portugal) más Grecia, Turquía, Alemania, España, Hungría, Polonia, República Checa, Rumanía, Bulgaria, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Letonia, Lituania, Albania, Croacia, Montenegro y Macedonia.
Y se unirán a la cumbre algunos estados invitados, como la propia Ucrania, Corea del Sur, Japón, Nueva Zelanda, Jordania, Georgia o Bosnia, amén de representantes de la Comisión Europea y del Consejo Europeo.
Según las fuentes consultadas, son las de Estados Unidos y Turquía las delegaciones que previsiblemente requerirán más medidas de seguridad, que en el caso del presidente norteamericano, Joe Biden, se sumarán a las que él traerá consigo.
De hecho, solo la delegación estadounidense ocupará tres hoteles importantes del eje del Paseo de la Castellana de la capital, según ha podido saber Efe.
¿El mayor dispositivo de la democracia?
No hay duda de que el dispositivo de la cumbre de la OTAN será uno de los más importantes de la democracia pero, ¿el mayor?
Efe ha preguntado a algunos agentes que han participado en eventos importantes y de forma unánime citan la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), celebrada en agosto de 2011 en Madrid, con la visita del papa Benedicto XVI, y la boda de los actuales Reyes en 2004, los entonces príncipes Felipe y Letizia, como los acontecimientos que han requerido un mayor despliegue.
¿Por qué? La respuesta también es unánime. En ambos casos era necesario un dispositivo de control de masas. Solo a la misa que el papa celebró en el aeródromo de Cuatro Vientos acudió en torno a un millón y medio de peregrinos.
En la cumbre de los próximos 29 y 30 de este mes el dispositivo Eirene tendrá que estar más «entregado» a la seguridad de los desplazamientos de las delegaciones desde sus hoteles hasta el recinto ferial del Ifema y a las escasas y, según parece, poco numerosas concentraciones en protesta por el evento.
De todos modos, España volverá a enfrentarse a un nuevo reto en materia de seguridad. En los anteriores aprobó con nota alta. Para esta cita no se espera menos. Así de convencidas se han mostrado las fuentes consultadas.