El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusó esta mañana al líder del PP, Pablo Casado, de ser un “patriota de sí mismo y con las ideas de Vox” y le reprochó su tono “gritón, faltón, impaciente e inquieto” con el que “busca bronca” en el Congreso.
“Los españoles están cansados de sus insultos y de su oposición faltona”, le dijo Sánchez a Casado después de que éste le acusara de “desfachatez” y de “arrogancia” en la comparecencia para explicar la gestión de la pandemia y el plan de recuperación, con la que según el líder de la oposición iba a “presumir”, según informa la Agencia Efe.
Tras una intervención en la que Casado le reprochó que quiera “gobernar como Napoleón, en el real decreto”, Sánchez le respondió que se expresaba en la Cámara como “en una barra de bar”.
Además, le pidió tener “algo de grandeza” y reconocer que algo bueno ha tenido que ver él como presidente en la gestión de la pandemia y la llegada de los fondos europeos.
“No sé quien me he creído (que soy) pero no soy menos que usted”, le replicó, acusándole de estar “inquieto” quizás “por entrar” en una campaña para las autonómicas madrileñas en la que según cree el líder de los populares no tiene espacio.
Por otra parte, Sánchez dijo tender de nuevo “la mano” al PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial, un pacto que se puede cerrar si hay “voluntad política”.
En este sentido, Casado le recordó que su “único requisito” es mantener la independencia judicial y la separación de poderes como, según recordó, reclaman los más de 2.500 jueces que han acudido a Europa esta semana.
El presidente del PP preguntó a Sánchez cómo valora la imagen exterior que el Gobierno está dando de España. “Lo valoro bien”, le respondió escueto el socialista.
Casado le echó entonces en cara que “recurra a su autocomplacencia casi legendaria” y subrayó que hay “sombras de sospecha sobre el respeto que tiene el Ejecutivo al Estado de Derecho”, poniendo como ejemplo que más de 2.500 jueces hayan ido a Europa por los “ataques a la separación de poderes y la independencia judicial”.
Indicó que ésa es la “única petición” y el “único requisito” que ha fijado su formación para “poder renovar los órganos constitucionales”. Se trata, prosiguió, de que los magistrados “puedan mantener la separación de poderes”.
En su réplica, Sánchez no entró en esa acción de “determinados jueces ante las administraciones comunitarias” y le tendió de nuevo “la mano para poder renovar de una vez por todas el CGPJ y, por tanto, dar cumplimiento a la Constitución”.
El 90 aniversario de la Segunda República también sirvió de excusa para un nuevo enfrentamiento en el Congreso entre los partidos de izquierda y los de la derecha por este periodo histórico y su aportación a la democracia.
Sánchez elogió la República como uno de los tres hitos que han convertido a España en “un gran país”, junto al día en el que se aprobó la Constitución y al que se firmó el tratado de adhesión de nuestro país a la Unión Europea.
“Aquel ambicioso proyecto buscaba la modernización del Estado y de la sociedad, la consolidación de la paz, la derrota de la dictadura y anteponer el valor de la democracia», dijo el presidente, al que Casado acusaba posteriormente de señalar una fecha que todavía hoy provoca división entre los españoles.
A las críticas del PP a la reivindicación de la República se sumó el dirigente de Vox, Santiago Abascal, que acusó a Sánchez de “ninguneo” al jefe del Estado, Felipe VI, y de haberle “querido amenazar desde la tribuna invocando ese régimen criminal”.
El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, ensalzó por su parte los valores republicanos, frente a los de Vox, Partido Popular y Ciudadanos.
La dirigente de la formación naranja, Inés Arrimadas, se mostró menos crítica con el régimen republicano y consideró que “hay muchos españoles que se reconocen en esa España liberal, una España de consenso, de futuro y de reformas”.