Rutas turísticas al arte rupestre de Sierra Morena

ESPANA PINTURAS RUPESTRES 1200x800 1
ESPANA PINTURAS RUPESTRES 1200x800 1

La UNESCO declaró en 1998 como Patrimonio de la Humanidad el arte rupestre levantino del Arco Mediterráneo Español y buena parte de esas pinturas rupestres se localizan en la Sierra Morena jiennense y, de modo más concreto, en el municipio de Aldeaquemada, donde existen diferentes grupos de pinturas rupestres, de estilo esquemático y levantino, repartidas por farallones y abrigos rocosos del término municipal.

“Es un patrimonio de nuestros antepasados, una forma de expresión y de comunicarse y, en definitiva, creo que esos antiguos pobladores eran contadores de historias”, declara a EFE Ángel Alcaide, experto en arte rupestre y empresario de La Cimbarra Ecoturismo.

Un patrimonio, señala Alcaide, que “ha venido a reconocer y resaltar la enorme importancia de las manifestaciones culturales de los antiguos pobladores de estas tierras”.

Pues bien, este legado está emergiendo en los últimos tiempos como un importante producto turístico en la provincia de Jaén, principalmente en los términos municipales de Aldeaquemada y Santa Elena.

Mapa de principios del siglo XX

“Aquí tenemos pinturas rupestres tanto de levantino como esquemático, con abundancia de símbolos antropomorfos”, explica Ángel Alcaide desde las pinturas del Prado de Azogue, donde guía a un grupo de turistas.

Aunque la declaración de la UNESCO no llegó hasta el año 1998, a principios del siglo XX, en torno al año 1912, el sacerdote francés Henri Breuil realizó el primer mapa descriptivo de los principales grupos rupestres de Sierra Morena.

En 1917, el investigador turolense Juan Cabré Aguiló realizó otro interesante trabajo de campo sobre las pinturas rupestres de la comarca de Aldeaquemada.

En esta zona, el arte rupestre, “arte sobre roca”, está compuesto por las manifestaciones pictóricas que los remotos antepasados dejaron sobre las paredes de numerosas covachas y abrigos pétreos de estas sierras.

Dichas manifestaciones más o menos realistas, pero generalmente esquemáticas, reproducen seres humanos, animales y símbolos, formando escenas aisladas. Las representaciones no solo evocan y relatan parte de la vida diaria, sino que nos dejan testimonio de su compleja v misteriosa espiritualidad.