¿Quién es responsable de la reparación de electrodomésticos en una vivienda de alquiler?

electrodomesticos
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La convivencia en una vivienda de alquiler plantea diversas cuestiones relacionadas con el mantenimiento y las reparaciones, especialmente cuando se trata de la avería de electrodomésticos. Una de las dudas más comunes es quién debe asumir el coste de la reparación o sustitución: ¿el propietario, que proporciona el electrodoméstico, o el inquilino, que lo usa diariamente? Para responder a estas preguntas, es fundamental conocer lo que dice la ley y comprender qué condiciones se aplican a cada situación.

¿Qué dice la ley?

En España, la ley principal que regula los contratos de alquiler es la Ley 29/1994 de Arrendamientos Urbanos (LAU). Según su artículo 21, el propietario (arrendador) está obligado a realizar todas las reparaciones necesarias para mantener la habitabilidad de la vivienda, sin que esto implique un aumento de la renta. Sin embargo, la ley también establece que si el deterioro es causado por un uso irresponsable o por el inquilino, este será quien deba asumir la reparación.

Además, el Código Civil complementa la LAU en este tema. El artículo 1.563 indica que el arrendatario es responsable de cualquier daño o deterioro si no puede demostrar que ocurrió sin su culpa. De manera similar, el artículo 1.564 establece que el inquilino es responsable de los daños causados por personas de su entorno o visitantes.

Escenarios comunes para determinar responsabilidades

Para entender quién debe asumir el coste de reparar o sustituir un electrodoméstico roto, es útil considerar tres escenarios principales:

1. Avería por uso normal o desgaste natural

Si el electrodoméstico se estropea por el uso habitual o por el desgaste natural, el responsable de la reparación o sustitución es el propietario. Los electrodomésticos tienen una vida útil limitada, y es deber del arrendador garantizar que la vivienda y sus componentes estén en buen estado.

2. Daños causados por mal uso o negligencia

Si el electrodoméstico se rompe debido a un uso incorrecto o negligente por parte del inquilino o sus visitas, la responsabilidad recae sobre el inquilino. Un ejemplo sería si el inquilino sobrecarga repetidamente la lavadora hasta que deja de funcionar. En este caso, el coste de la reparación debe ser asumido por el inquilino, ya que el daño fue provocado por su mal uso.

3. Reparaciones menores o desgaste mínimo

Existen ciertos desperfectos menores, como cambiar un filtro de agua o una bombilla, que deben ser cubiertos por el inquilino. La LAU contempla que este tipo de arreglos, denominados «reparaciones menores», son responsabilidad del arrendatario. Estas reparaciones se consideran parte del desgaste normal de los electrodomésticos y de la vivienda en general.

Diferencia entre mantenimiento y reparaciones

Es importante distinguir entre mantenimiento y reparaciones. En general, los pequeños ajustes o reemplazos, como cambiar un filtro o reparar una pieza pequeña en un electrodoméstico, suelen ser responsabilidad del inquilino. Sin embargo, algunos casos pueden ser ambiguos y generar conflictos, por lo que lo más recomendable es detallar estas responsabilidades en el contrato de alquiler.

Incluir cláusulas claras que especifiquen qué tipo de reparaciones son responsabilidad de cada parte puede ayudar a prevenir malentendidos. Por ejemplo, se puede acordar que el inquilino cubra las reparaciones menores que no superen una cierta cantidad, mientras que el propietario se hará cargo de los costes más altos.

¿Qué ocurre cuando un electrodoméstico debe ser sustituido?

En algunos casos, reparar un electrodoméstico puede no ser suficiente y puede ser necesario reemplazarlo. Si el electrodoméstico ha dejado de funcionar debido al desgaste natural, el propietario es quien debe sustituirlo, ya que es parte de su obligación de mantener la vivienda en condiciones habitables.

Por otro lado, si el electrodoméstico se ha roto debido a un uso indebido por parte del inquilino, este deberá asumir el coste de la sustitución. En este sentido, es recomendable que el arrendador elabore un inventario detallado de los electrodomésticos y su estado al inicio del contrato, para evitar disputas sobre si el daño es resultado del uso normal o del mal uso.

Comunicación y claridad en el contrato

En resumen, la responsabilidad de reparar o sustituir un electrodoméstico en una vivienda de alquiler dependerá de las circunstancias específicas que rodeen el daño. El propietario es responsable cuando el deterioro se debe al desgaste natural o al paso del tiempo, mientras que el inquilino deberá asumir los costes si el daño es causado por un uso incorrecto.

Para evitar conflictos, es recomendable que ambos, propietario e inquilino, incluyan cláusulas detalladas en el contrato de alquiler, especificando qué tipo de reparaciones son responsabilidad de cada parte. De este modo, se garantiza una convivencia más fluida y una mayor claridad en cuanto a las obligaciones de mantenimiento y reparación.