La iniciativa impulsada por FACLM y Autrade busca enseñar empatía, diversidad y respeto a niños de 4 a 8 años a través del juego y la emoción
La Diputación de Ciudad Real ha reafirmado su compromiso con los valores de inclusión, diversidad y justicia social mediante su apoyo al proyecto educativo Pulpi, una propuesta pionera promovida por la Federación de Autismo de Castilla-La Mancha (FACLM) con el respaldo de la asociación Autrade. Esta herramienta educativa está diseñada para niños de entre 4 y 8 años y combina narrativa, pedagogía emocional y actividades participativas para generar una mayor comprensión del trastorno del espectro autista (TEA).
La presentación del proyecto contó con la participación de la diputada delegada del Servicio de Igualdad, María Antonia Álvaro, quien destacó que Pulpi marca “un hito en nuestra forma de abordar la inclusión desde edades tempranas”.
Una propuesta educativa que une creatividad, pedagogía y sensibilidad
El corazón del proyecto Pulpi es un cuento infantil que narra un viaje al fondo del mar, una metáfora que sirve como puerta de entrada para explorar la riqueza de la diversidad. Pero esta narrativa va más allá de lo literario: se complementa con actividades prácticas como mindfulness, dinámicas teatrales, juegos colaborativos y puzzles, lo que convierte al programa en una herramienta educativa integral basada en la emoción, el juego y la empatía.
“Pulpi no solo enseña sobre autismo; enseña a convivir, respetar y sumar”, subrayó Álvaro durante la presentación.
La diputada agradeció especialmente al autor del programa, Miguel Ángel Márquez, por haber creado “una herramienta que nace del conocimiento, la creatividad y una gran vocación social”, y destacó la importancia del trabajo colaborativo con entidades como FACLM y Autrade, “siempre comprometidas con la defensa de los derechos de las personas con autismo y sus familias”.
Inclusión desde la base: sembrando valores en la infancia
Desde la institución provincial se defiende firmemente que la inclusión debe comenzar en la etapa educativa más temprana. Según María Antonia Álvaro, “sembrar valores como el respeto, la empatía y la diversidad desde la infancia es fundamental para construir una sociedad más justa y cohesionada”.
El enfoque pedagógico del proyecto no solo se limita al aula, sino que pretende incorporar estos aprendizajes a la vida cotidiana de los menores, facilitando herramientas tanto al profesorado como a las familias para abordar la diversidad con naturalidad y positividad.
Un proyecto con visión de futuro y vocación de continuidad
Una de las principales fortalezas de Pulpi es su proyección a largo plazo. La diputada señaló que la iniciativa seguirá evolucionando para adaptarse a otras etapas educativas, ampliando su alcance y acompañando a los alumnos en su desarrollo, lo que convierte esta herramienta en un proyecto vivo y en constante crecimiento.
Este planteamiento permite no solo trabajar la inclusión en el ciclo infantil, sino también mantener un seguimiento formativo en los cursos posteriores, consolidando los valores adquiridos y adaptándolos a nuevas realidades personales y sociales.
Las entidades sociales, motor de cambio con el respaldo de la Diputación
Álvaro aprovechó la ocasión para destacar el papel fundamental de las entidades del tercer sector como agentes activos en la transformación social, subrayando que “son la garantía de que ninguna persona quede atrás”. Reiteró que la Diputación de Ciudad Real continuará apoyando estas iniciativas, convencida de que “la inclusión no es solo un objetivo, sino una responsabilidad compartida”.
“Proyectos como Pulpi muestran que la innovación educativa no está reñida con la sensibilidad y el compromiso social. Son herramientas valiosas para que los niños comprendan y celebren las diferencias desde el juego y el afecto”.