En este contexto, y ante el temor de que la guerra en Ucrania dispare todavía más los precios (como ya está ocurriendo), muchos ciudadanos empiezan a plantearse un cambio de compañía eléctrica.
Pero, ¿tiene sentido hacerlo? Sí, y mucho. Porque en función del servicio que tengamos contratado (y por extensión de la compañía que seamos clientes) estaremos sujetos a una tarifa u otra y hay una diferencia palpable en el precio final.