Las aglomeraciones en los transportes públicos impiden muchas veces que se cumplan las distancias de seguridad para evitar los contagios de coronavirus y que los rebrotes se descontrolen.
Sin embargo, los datos demuestran que en los trenes o aviones no se produce una alta transmisión del virus porque no se relajan tanto las medidas de seguridad como cuando estamos en una reunión entre amigos o familiares.
Sin embargo, los usuarios de estos transportes se quejan de que no se pueden respetar las distancias de seguridad, sobre todo después de ver las imágenes de los vagones del Metro de Madrid repletos de personas al aumentar la frecuencia de este transporte como ocurre cada mes de agosto.
Algunos aviones también van llenos, con todas sus plazas ocupadas y sin dejar asientos libres entre pasajeros no convivientes. En los autobuses la historia se repite y en algunos de ellos se tiene que viajar hasta de pie porque no hay sitio para todos.
Transmisión en los transportes
Pero hasta ahora, los datos no confirman una alta transmisión del virus en transportes, por lo menos en lo que se refiere a la tasa de contagio entre los trabajadores.
El factor clave para ello, según explica el inmunólogo y divulgador científico Alfredo Corell, es que en esos ambientes somos más precavidos: «Cuando vamos a un lugar rodeado de personas extrañas como puede ser un transporte, entramos y solemos conservar la distancia y mantener la mascarilla».
En cambio, en la playas, terrazas o entre amigos nos desprotegemos muy rápido y nos relajamos.