Los precios del petróleo, gas y electricidad avanzan a ritmos vertiginosos y amenazan con una inflación de doble dígito en España. El barril Brent cotizaba este martes por encima de los 130 dólares, la referencia del gas europea (TTF) continuó en el entorno de los 200 euros el megavatio/hora (MWh); mientras que el mercado mayorista de la electricidad en España marcaba esta semana el registro más alto de la historia tras superar por primera vez la barrera de los 500 euros.
En este contexto de crisis energética, los economistas prevén que tarde o temprano la tasa anual del Índice de Precios de Consumo (IPC) romperá la barrera del 10%. La última vez que la inflación se situó en el doble dígito fue en abril de 1985, hace ya 37 años y en un contexto de reestructuración industrial tras la crisis del petróleo de 1973.
En aquel momento, factores internacionales (tras el conflicto armado del Yom Kippur, la OPEP paralizó su producción de petróleo, propiciando una escalada récord del precio del barril) ya pusieron en un brete a la economía española (con un periodo estanflacionario, es decir, de estancamiento e inflación) y el poder adquisitivo de sus ciudadanos. El máximo histórico se alcanzó en agosto de 1977, cuando se registró una subida del 28,4%.
La inflación se mantuvo próxima al 10% hasta finales de los años 80. Ahora la guerra en Ucrania y la dependencia energética de Rusia vuelve a disparar los precios de la cesta de la compra a niveles muy próximos a los experimentados entonces. A falta de conocer el dato confirmado de febrero esta semana (el INE avanzó la semana pasada un repunte del 7,4%, la cota más alta desde julio de 1989), los economistas auguran un repunte aún mayor en los próximos meses si el conflicto no cesa y los precios no se moderan.
En este sentido, este y los meses inmediatamente siguientes, no serían descartables tasas cercanas al doble dígito siempre que el conflicto continuara varios meses, algo imposible de predecir con precisión. No obstante, no se espera que la inflación a largo plazo se eleve hasta niveles insostenibles.
Sólo la escalada a máximos históricos del petróleo, con un precio que duplica el contemplado por el Gobierno en los Presupuestos de 60 dólares el barril, supondrá un sobrecoste de entre 15.000 y 20.000 millones a España si el precio se mantiene en los actuales niveles el resto del año.
La Comisión Europea se abre ya a que los países limiten temporalmente el impacto de la subida del gas en la formación de los precios de la luz y aplicar impuestos sobre los beneficios extraordinarios de las compañías eléctricas debido al aumento del precio del gas. Unas medidas que la ministra Teresa Ribera lleva defendiendo desde el pasado mes de julio y que ahora baraja aplicar para paliar la crisis.