El presidente de Castilla-La Mancha plantea medidas legales si no hay avances en las reglas del trasvase y apuesta por la desalación como alternativa sostenible.
Ultimátum al Ministerio por el trasvase
Desde Palermo (Italia), en el marco de la 16ª sesión Plenaria de la Asamblea Regional y Local Euromediterránea (ARLEM), el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha lanzado un claro mensaje al Gobierno de España: si no hay avances antes de Navidades en la modificación de las reglas de explotación del Trasvase Tajo-Segura, su Ejecutivo tomará medidas legales para exigir responsabilidades.
“Nos hemos dado de plazo hasta entonces para intentar resolverlo por las buenas. Si no, acudiremos a la ejecución de sentencias”, ha advertido, en relación a las resoluciones judiciales que avalan la revisión de los caudales ecológicos del río Tajo.
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Page ha confirmado su intención de reunirse con la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, aunque ha dejado claro que el Gobierno autonómico ya ha presentado un documento “técnico y científico inapelable” que debe ser tenido en cuenta frente a los intereses políticos del Levante español.
“La desalación es el único futuro”
En el panel sobre resiliencia hídrica en el Mediterráneo, celebrado en el seno de la ARLEM, García-Page ha defendido que la desalación es “probablemente el único futuro hídrico para buena parte del Mediterráneo”. A su juicio, en España se ha preferido durante años utilizar “agua regalada” del Tajo en lugar de aprovechar las plantas desaladoras, muchas de las cuales están paradas pese a haberse financiado con fondos europeos.
“Con todas las desaladoras funcionando no sería necesario recurrir al trasvase”, ha afirmado, lamentando que haya primado “una determinación política” que ha dejado en segundo plano la sostenibilidad y el sentido común técnico.
Castilla-La Mancha lleva la voz del agua a Europa
El presidente regional ha destacado que en todos los foros regionales de la Unión Europea se incluye ya la gestión del agua como un tema clave. “Desde Castilla-La Mancha lo promovemos activamente, y con más motivo en el ámbito de las relaciones mediterráneas”, ha subrayado.
Insiste en que la nueva mentalidad europea se basa en el “uso razonable y proporcionado del agua” y en aprovechar al máximo la tecnología disponible, siendo la desalación una herramienta fundamental que “España debería liderar” en lugar de relegarla.
Alerta por la reforma de la PAC
En otro plano, García-Page ha mostrado su preocupación por los cambios que se barajan en la Política Agraria Común (PAC) y ha celebrado que se esté formando un frente común en el sur de Europa para defender el modelo agrícola mediterráneo.
Ha criticado que la Comisión Europea parezca ignorar el mensaje de las urnas en las pasadas elecciones europeas, que fue claro en “consolidar el apoyo al campo”. Para el presidente castellanomanchego, “ni la defensa militar europea ni otras prioridades deben hacernos olvidar la soberanía alimentaria”.
Acompañado del vicepresidente segundo, José Manuel Caballero, y la directora general de Asuntos Europeos, Nazareth Rodrigo, García-Page ha dejado claro que Castilla-La Mancha no renunciará a defender los intereses del medio rural ni a exigir una gestión justa del agua.
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