Las protestas han vuelto a llegar a la casa de Galapagar, en Madrid, del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y la ministra Irene Montero por lo que desde este lunes se ha reforzado la seguridad en las cercanías del chalé con varias patrullas de la Guardia Civil durante el estado de alarme por el coronavirus.
El vicepresidente Iglesias ha explicado en una entrevista en lasexta ha señalado sobre el escrache en su vivienda que «a la política se viene llorado de casa» aunque también dice que «los políticos seamos objeto de protestas es legítimo siempre. Donde hay normas y yo nunca he aplaudido que vayan a casa de nadie. Pero cuando tienes un cargo público tienes que asumir que te digan algo por la calle o en tu sitio de trabajo. Yo tengo costumbre de recibir muchos ataques. Hay gente que no tanto. Esto se sabe por dónde empieza, pero no por donde acaba».
«Hoy es gente de derechas delante de mis casa, mañana pueden ser de izquierdas delante de la puerta de Isabel Díaz Ayuso o Santiago Abascal», señala Iglesias tras el escrache en su casa.
Desde la pasada semana centenares de ciudadanos salen a la calle a las nueve de la noche, dentro de la franja horaria permitida, con cacerolas para protestar sobre la gestión del Gobierno durante el coronavirus.
Escrache también en la casa del ministro de Transporte, José Luis Ábalos, por una docena de personas este lunes donde gritaban «venga, baja».
VOLVER A PORTADA