La promesa de «ley y orden» del mandatario estadounidense encuentra eco entre sus votantes quienes, aún reconociendo las causas de las protestas, temen que la violencia se desborde.
«Ley y orden».
Esas dos palabras han sido utilizadas con frecuencia por Donald Trump durante las últimas semanas.
Este enfoque de línea del mandatario estadounidense ante las manifestaciones que han sacudido su país recientemente está ayudando a apuntalar su base de seguidores.
Pero, ¿qué piensan sobre esta estrategia agresiva en las regiones que fueron clave para llevarlo a la presidencia en 2016?
Shirley Hartman, una artista que trabaja con acuarelas y acrílicos, se mudó al condado de Lehigh, Pensilvania, hace años porque quería sentirse segura.
La habían robado en Filadelfia, una ciudad a unas 60 millas de distancia de su casa, y estaba buscando un lugar donde no tuviera que preocuparse por la violencia.
Con la ola de protestas que se desarrollan en todo el país, ella dice que nuevamente está preocupada por su seguridad y se alegra de que el presidente haya actuado con fuerza, amenazando incluso con desplegar al Ejército.
Considera que los manifestantes han llegado demasiado lejos y que Trump ha respondido de forma apropiada.
«Se salió de control. Se han ido al extremo y, a veces, también es necesario ir al extremo para responder», afirma Hartman.
Decenas de miles de personas han tomado parte en las manifestaciones que se iniciaron a finales de mayo -tras la muerte bajo custodia policial del afroestadounidense George Floyd- y que han sido mayormente pacíficas, aunque ha habido algunos saqueos y polémicas respuestas policiales violentas.
Una encuesta reciente de Reuters/Ipsos sugiere que la mayoría de las personas en Estados Unidos desaprueba la línea dura adoptada por Trump en su discurso, en el que incluso ha hablado de «terrorismo doméstico».
Sin embargo, hay un número significativo de personas –un tercio de los encuestados- que expresan su apoyo al mandatario y sus acciones.
Muchos de ellos son como Hartman: viven en áreas suburbanas del país y están preocupados por la seguridad.
Sus puntos de vista jugarán un papel importante en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.
El miedo a la violencia
Hartman vive en un distrito oscilante -en el que los resultados electorales favorecen unas veces al Partido Republicano y, otras, al Partido Demócrata- de Pensilvania, uno de los estados considerados clave debido precisamente a que los comicios son muy competidos.
Trump se impuso allí en 2016 y este año vuelve a ser considerado como un lugar crucial para ayudarle a permanecer cuatro años más en la Casa Blanca.
Por esa razón, agentes políticos, académicos y analistas observan de cerca para ver la acogida que el mensaje de ley y orden del mandatario recibe en estados clave de todo el país.
En más de 20 entrevistas realizadas durante una semana en Pensilvania, Misuri y Carolina del Norte -tres estados donde Trump ganó en 2016- la mayoría de la gente coincidió con la opinión de Hartman: estuvo de acuerdo en que la retórica dura del mandatario es necesaria y dijo que lo apoyarán en noviembre.
Algunos afirmaron que apoyaban a los manifestantes y sus objetivos, pero dijeron estar preocupados por aquellos que se habían vuelto violentos.
«Entiendo cómo se siente la gente acerca de George Floyd y estoy de acuerdo en que algo tiene que cambiar. Pero quemar una iglesia, saquear, volcar autos… No estoy de acuerdo con eso. No estoy de acuerdo con quemar una ciudad», señala Brian Bufka, de 47 años de edad, quien vive en Warrenton (Misuri), donde dirige una imprenta.
«Apoyo a nuestro presidente. Creo que su corazón está en el lugar correcto y votaré por él nuevamente», agregó.
Lyle Updike, que tiene 75 años de edad y vive en Kearney (Misuri), afirma: «Soy defensor de la ley y el orden. No tolero esta violencia, estos disturbios. Me gustaría ver al presidente apretar mejor las tuercas. Los alcaldes y gobernadores no lo harán, así que él necesita hacerlo».
Rosella Roberts, que trabaja para una compañía de teatro musical en Steelville (Misuri), afirma que le preocupa la violencia.
«No estoy diciendo que todas las personas que protestan sean malvadas. Pero cuando disparas a un policía, eso solo es maldad», apunta.
El peso de la economía
Todavía faltan cinco meses para las elecciones y la suerte de los candidatos y de sus partidos políticos puede cambiar drásticamente.
Uno de los factores determinantes es la economía.
Para muchos conservadores, la presidencia de Trump ha sido una bendición tanto desde el punto de vista espiritual como financiero.
Brian Watts, de 45 años de edad, reside en Kearney (Misuri) y dice que le encanta la imagen del presidente sosteniendo una biblia mientras camina cerca de la Casa Blanca.
«Esto demuestra que él está a favor de la iglesia», comenta.
La emisora de radio de Watts ha sobrevivido a los problemas financieros causados por la pandemia del coronavirus y él confía en que Trump sacará al país de las actuales dificultades.
Este optimismo podría desempeñar un papel fundamental en las elecciones venideras.
«Al final, el mandato de ley y orden del presidente probablemente no significará mucho al momento de las elecciones. Pero el coronavirus y la economía sí lo harán«, señala Matthew Mackowiak, un consultor político que tiene sus oficinas en Texas.
El experto destaca que la mayoría de las elecciones dependen de preocupaciones económicas, no sociales.
Los economistas predicen una mejoría en los próximos meses, una tendencia que probablemente ayudará a Trump.
Las cifras de empleo de mayo, divulgadas la semana pasada, fueron mejores de lo esperado.
Sin embargo, no está claro cómo la pandemia y los posibles nuevos repuntes del virus afectarán la recuperación económica.
«Como una pesadilla»
Otras personas con los que habló la BBC dijeron que se sintieron animadas por las protestas y horrorizadas por la respuesta de la Casa Blanca. Temen que el lenguaje del presidente termine envalentonando a los policías agresivos.
«La gente se ha sentido asqueada por el comportamiento del presidente», asegura Lauren Arthur, de 32 años de edad, senadora estatal demócrata en el distrito 17 de Misuri, que incluye partes de los suburbios de Kansas City.
Ella fue electa en los comicios de mitad de periodo de 2018 y cree que las mujeres progresistas, inquietas por las acciones de Trump irán a votar de forma masiva.
En Durham, Carolina del Norte, uno de los estados clave en esta carrera presidencial, Gemynii, una poeta de 35 años de edad, no estaba contenta de ver a Trump sostener una biblia frente a una iglesia cerca de la Casa Blanca, después de que los manifestantes pacíficos fueron obligados a apartarse del lugar para esa foto.
«Sí, definitivamente pareceuna pesadilla. Puedo entender cómo nos miran otros países y que no nos tengan respeto debido a lo que está sucediendo», señala Gemynii al referirse a los esfuerzos del mandatario para imponer el orden.
La experiencia de ver al presidente en las noticias esta semana ha hecho que Gemynii y sus amigos en Durham estén aún más decididas a cambiar el liderazgo del país.
Ella asegura que ya estaba angustiada cuando Trump fue elegido y que sus acciones recientes han reforzado su visión.
«Es otro llamado de atención para Estados Unidos«, afirma.
La consternación entre los votantes del Partido Demócrata es casi universal, al punto que muchos de los que se habían sentido poco animados con la candidatura presidencial de Joe Biden, que tiene raíces centristas, ahora tienen una opinión distinta. Están enfocados en sacar a Trump de la Casa Blanca.
«No me importa quién sea, podría ser cualquiera. Solo alguien que lo reemplace», dice Peggy Wilson, una maestra jubilada de 68 años de edad residente en Kansas City.
Shirley Hartman dice que como artista ha tenido sus altibajos en Filadelfia, Nueva York y más recientemente en Pensilvania.
Ella asegura que votó por los demócratas en algunas elecciones y que apoyó a Trump en 2016. Desde entonces, asegura que su negocio «creció lentamente, año tras año». Ella ha sido feliz con él como presidente.
Con el inicio de la pandemia, su negocio ha vuelto a caer y ahora ella está pasando tiempo en casa con sus gatos, Darma y Peanut.
Aprovecha el tiempo para ir a caminar por el parque y espera una pronta recuperación económica.
Es probable que esta variable, una que aún se desconoce, decida su voto.