Mascarilla para salir a pasear. Mascarilla para hacer deporte. Mascarilla para sentarse en un bar a tomar una cerveza. Mascarilla para estar trabajando. Mascarilla en el médico. Mascarilla en la playa. Mascarilla en la montaña. Mascarilla, mascarilla, mascarilla. Un año ya sin poder respirar aire puro es lo que llevamos los gallegos y, en general, todos los españoles. Desde que se instauró la Ley 2/2020, de 29 de marzo, que establecía la obligatoriedad de usar el tapabocas en casi todo momento –salvo contadas excepciones– a nivel nacional, hemos estado respirando el aire caliente de nuestro propio aliento en todas partes excepto en nuestra casa. ¿Alguien se acuerda de lo que era poder oler la brisa marina? ¿Y la hierba mojada después de la lluvia? ¿Alguien recuerda cómo era ese rico olor de la comida recién hecha? No es que los hayamos perdido del todo, pero sí se ven mermados por ese intermediario de tela que tenemos que llevar aparejado a nuestra cara como si de una doble piel se tratase.
Deseando estamos poder prescindir de ella, y tras el anuncio de Fernando Simón de este lunes, diciendo que en pocos días podremos dejar de usarla en exterior… La expectación es total. Son muchos los que consideran que todavía la pandemia no está tan controlada como para poder quitarnos el tapabocas, pero lo cierto es que si echamos un vistazo al mapa del mundo… Los raros somos nosotros. Rusia, Italia, España, Suiza y Bélgica son de los pocos países que siguen obligando a llevar la mascarilla en todo momento, también en las calles. Sin embargo, muchos otros nunca obligaron a ello y, los que sí, ya hace tiempo que se ven libres de ella. Hagamos un repaso.
Aún dentro de esos cinco países que obligan a usar mascarilla en todo momento, en interior y exterior, los hay que son mucho más laxos que España. Así, tanto en Bélgica como en Italia se concede poder prescindir de ella si se puede garantizar la distancia de seguridad de 1,5 metros. Además, Rusia, ha sabido sacarle partido a esta normativa para favorecer su campaña de vacunación. Y es que todos aquellos que se presten a vacunarse dejarán de tener la obligación de llevar mascarilla, pretendiendo con esto crear ‘zonas verdes’.
Dejando a un lado a estas potencias, son muchos otros, la mayoría, los países que obligan a tener el tapabocas puesto solo en lugares interiores, y no en el exterior: Portugal, Francia –donde los menores de 11 años pueden estar sin él–, Austria, Alemania, Irlanda y Reino Unido. Estos dos últimos recomiendan su uso en espacios abiertos solo cuando estos se encuentran cerca de un centro sanitario. Y, en el caso de Inglaterra, cabe destacar que en Gales, Escocia e Irlanda del Norte –tres regiones que podríamos considerar ‘independientes’ dentro de este territorio– únicamente es obligatoria en el transporte público, es decir, que ni siquiera en otros espacios interiores existe la obligación de llevarla.
LOS MÁS LAXOS
Esta situación es similar a la de China, origen de la pandemia, donde desde hace ya unos meses se ha recuperado plenamente la vida de antes del COVID. Poderosamente llama la atención el hecho de que, pese a que siempre tenemos en la cabeza las imágenes de los países asiáticos donde la gente usa mascarilla de forma habitual –debido, principalmente, a la alta polución del aire–, en estos momentos solo se obliga a tenerla puesta dentro de medios de transporte público. Quizá sea porque la gente no necesita de obligaciones ni de prohibiciones para saber cuándo debe y cuándo no llevarla. Es un país altamente concienciado con su uso.
En otros lugares, como es el caso de Finlandia o Canadá, el Gobierno consideró que no tenía potestad suficiente como para privar de libertad en este sentido a sus ciudadanos, así que se limitó a recomendar su uso, pero no a imponerlo. De hecho, en el caso de Canadá, solo es obligatorio llevar mascarilla en los trayectos aéreos. Usarla en otros medios públicos va a depender de lo que decida cada conductor.
A estos casos se suman muchos otros países que ya han dicho adiós definitivamente a la mascarilla y en los que ya se ha recuperado la vida tal y como era antes de que todo este subrrealista episodio aconteciese. En Australia, por ejemplo, los buenos datos permitieron que se levantasen en el país todas las restricciones generales de contención del coronavirus, excepto la de abrir el territorio a los turistas. Por su parte, Polonia regresó a la vida cotidiana hace tan solo tres días, el pasado 15 de mayo. Islandia, Nueva Zelanda e Israel son otros tres países en los que la población respira aire fresco en las calles y también en los interiores. Viendo este panorama, ¿por qué pensar que es pronto para que España deje de obligar a llevar mascarilla, al menos en exterior?
AVANCE DE LA VACUNACIÓN EN EL MUNDO
Pudiera uno pensar, viendo este mapa disperso de decisiones gubernamentales dependiendo de la zona del planeta en la que nos encontremos, que estarían argumentadas por el avance de la vacunación, siendo más laxos aquellos países con altas tasas de inmunizados. Pero, lo cierto es que nada más lejos de la realidad. Por ejemplo, entre los países que no obligan a usar la mascarilla, solo Israel presenta una situación envidiable y mejor que la de España: con 121,64 dosis para cada cien habitantes, el 62,76 % de su población con al menos una dosis y el 58,83 % con la pauta completa. Sin embargo, Australia, no llega a las 12,11 viales para cada cien habitantes y solo tiene al 0,62 % de su población con el primer pinchazo y ninguna con los dos. Polonia, por su lado, no es que esté muy mal, pero sí se encuentra por detrás de España en ritmo de vacunación: 41,68 dosis por cada cien habitantes, el 30,36 % de ellos con el primer vial administrado y el 11,98 % también con el segundo. Para hacernos a la idea de las diferencias, España ha administrado una tasa de 45,81 viales por cada cien habitantes, teniendo ahora al 31,5 % de la población con la primera dosis y al 14,74 % con la pauta completa.
También es llamativo el caso de Rusia, que aunque también establece la obligatoriedad de la mascarilla se plantea, como hemos visto, dejar que se la quiten los vacunados. Es un incentivo necesario, viendo el bajo ritmo de la campaña. La superpotencia solo ha dado 16,43 viales por cada cien habitantes y tiene al 9,80 % de la población vacunada con una dosis, frente a un escaso 8,62 % con las dos.
OTROS PAÍSES
Dinamarca ya planea eliminar la mascarilla en agosto. Introdujo su uso obligatorio en agosto pasado, aunque solo en el transporte y los interiores, pero ahora quiere que sea eliminada cuando se haya completado la vacunación de toda la población, en el mes de agosto. En estos momentos el país solo ha inmunizado al 17 % de su población.
En Estados Unidos no es obligatorio llevar tapabocas en muchos estados, aunque en otros sí. El último en eliminar esta norma fue el de Nueva York, que deja de exigirlo para los vacunados en espacios públicos, excepto en el transporte público y los colegios, así como en las residencias de ancianos y prisiones. El 52,2 % de las personas adultas del territorio ya están totalmente inmunizadas contra el virus y el 61,9 % ha recibido al menos una dosis.
COMUNIDADES DE ESPAÑA
Mientras esto sucede en el mundo, en España los ánimos también están caldeados y hay comunidades que, pese a la normativa nacional imperante desde marzo del pasado año, intentan ir por libre. Es el caso de Cataluña, que ya se replantea el uso de la mascarilla en las próximas semanas, según avance el proceso de vacunación. La Generalitat explicó este lunes que se basará en las decisiones de otros países que ya han alcanzado niveles de inmunidad más elevados.
Asimismo, en Aragón, los usuarios de residencias que ya estén vacunados dejarán de usar tapabocas en sus espacios privativos exteriores cuando estén solos. Sin embargo, con la presencia de familiares y visitas, permanece la obligatoriedad de uso.