A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta cambios que pueden afectar tanto nuestra salud física como mental. Uno de los desafíos más comunes es la pérdida de memoria. Sin embargo, el profesor Charan Ranganath, director del Laboratorio de Memoria Dinámica de la Universidad de California y autor de ‘Por qué recordamos: la nueva ciencia de la memoria’, ofrece esperanza a través de estrategias basadas en la evidencia que pueden ayudar a mitigar este problema.
Estrategias para Mejorar la Memoria
1. Dormir Suficiente
La calidad del sueño tiene un impacto directo en la memoria. Durante el sueño, el cerebro procesa y consolida la información aprendida durante el día. Ranganath explica que el sueño también activa un sistema que drena toxinas cerebrales, incluida la proteína amiloide relacionada con el Alzheimer. No dormir lo suficiente puede reducir la función cerebral frontal y la capacidad de manejar el estrés, afectando negativamente la memoria.
2. Evitar la Multitarea
En un mundo donde la multitarea es común, Ranganath advierte que esta práctica puede ser perjudicial para nuestra capacidad de concentración y memoria. Saltar de una tarea a otra impide que la corteza prefrontal del cerebro se concentre en alcanzar objetivos, lo que puede llevar a olvidos frecuentes. La recomendación es concentrarse en una actividad a la vez y minimizar las distracciones.
3. Romper la Monotonía
El cerebro humano tiende a recordar experiencias que son emocionalmente significativas y olvidar aquellas que son monótonas. Para mejorar la retención de memoria, es útil involucrarse en actividades que estimulan emociones como la alegría, el miedo o la sorpresa. Estas experiencias pueden liberar neurotransmisores como la adrenalina o la dopamina, que ayudan a fijar los recuerdos.
4. Desafiar la Memoria
La confianza excesiva en la infalibilidad de nuestra memoria puede llevarnos a no desafiarla lo suficiente. Ranganath sugiere que el aprendizaje efectivo ocurre cuando nos esforzamos por recordar activamente la información. Poner a prueba regularmente nuestra memoria mediante acertijos, juegos mentales o aprendizaje de nuevas habilidades puede fortalecerla y mejorar nuestra agilidad mental.
Impacto del Ejercicio y la Dieta
Además de las estrategias mencionadas, Ranganath subraya la importancia de un estilo de vida saludable. La actividad física, especialmente el ejercicio aeróbico, incrementa la secreción de sustancias que mejoran la plasticidad cerebral y la salud vascular, lo cual es beneficioso para la memoria. La dieta también juega un papel crucial, y la dieta mediterránea, en particular, ha demostrado ser eficaz en la mejora de la salud mental y la prevención de enfermedades cognitivas.