Madrid aporta el 35% de los nuevos positivos y tiene casi una quinta parte de sus camas ocupadas por pacientes Covid

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La segunda ola de coronavirus que ha devuelto a España al primer puesto europeo de la lista en la que ningún país quiere estar -la de las naciones con más casos de coronavirus- viene capitaneada por la Comunidad de Madrid, que desde hace semanas se ha convertido en la ‘capital’ española y europea del coronavirus.

La autonomía madrileña lidera la mayoría de indicadores de la pandemia en España: es la comunidad que más casos aporta al total nacional a diario; la que más incidencia acumulada tiene en los últimos siete y catorce días y la que más presión hospitalaria sufre por culpa de la Covid.

Su inmensa densidad de población y la compleja red de movilidad que conecta a millones de viajeros con municipios vecinos de dentro y fuera de la comunidad, así como su posición como puerta de entrada al país  son importantes factores que convierten a la región en un polvorín para la propagación de una epidemia. Y otros, como la vuelta a la actividad cotidiana tras las vacaciones, el regreso a las aulas o la amenaza del otoño podrían complicar aún más la situación.

La segunda ola llegó a España a mediados de julio y golpeó primero a Cataluña, Aragón y Navarra, comunidades cuyas cifras se han ido estabilizando. En Madrid, los primeros signos de que la epidemia estaba empeorando de nuevo aparecieron en la penúltima semana de julio, cuando se duplicó la incidencia respecto a la semana anterior. Las tres semanas siguientes, la incidencia siguió duplicándose cada semana y Madrid se plantó en septiembre con 500 casos por cada 100.000 habitantes.

El lunes, la comunidad superó la barrera de los 500 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días y representó el 35% de todos los positivos que se comunicaron en España ese día. El ascenso de la segunda ola todavía no muestra signos de haber alcanzado el pico.

El incremento en los contagios se ha acabado trasluciendo en un aumento en la presión sobre los hospitales madrileños. En poco más de dos semanas, la ocupación de camas hospitalarias por pacientes con coronavirus prácticamente se ha multiplicado por dos, alcanzando el 18% del total disponible (aunque las comunidades tienen margen para aumentar esa capacidad).

Ayer entraron en vigor nuevas restricciones para tratar de aplanar la curva de contagios, entre las que se encuentra la limitación de las reuniones sociales a diez personas, reducción de aforos en la hostelería, más separación en las terrazas, más rastreadores y la llegada de dos millones de test rápidos.

Pero mientras se resuelve la incógnita de si serán suficientes para bajar los contagios y los estudiantes vuelven a las aulas este martes, la posibilidad de un confinamiento sigue en el aire. El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, afirmó el lunes que aunque «a día de hoy no hay riesgo de confinar Madrid», no puede descartar esa opción en un futuro. En la misma línea opinó Fernando Simón que, en referencia al confinamiento de Madrid, afirmó que «lo que tenemos que evitar no es tomar medidas, sino tomarlas tarde».