Alrededor de 500 vendedores ambulantes de Castilla-La Mancha se han manifestado este jueves por las calles de Toledo para reivindicar su derecho a poder ejercer su trabajo, algo que a su modo de ver no se respeta en la actualidad con las medidas restrictivas para frenar la COVID-19, y han defendido que el sector, que desarrolla su actividad al aire libre, cumple todas las medidas de seguridad.
La concentración organizada por la Asociación de Vendedores Ambulantes de Castilla-La Mancha, que ha contado con la presencia de cerca de 500 personas, según fuentes oficiales de la Policía Nacional y de la asociación, se han reunido desde las 10.00 horas de este jueves en el Parque de la Vega de la capital regional -donde tradicionalmente se celebra el mercadillo los martes-, para posteriormente manifestarse por varias calles de Toledo y concluir con la lectura de un manifiesto frente al Palacio de Fuensalida, sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades.
En declaraciones a Efe, el presidente de la Asociación de Vendedores Ambulantes de Castilla-La Mancha, Diego Vicente Jareño, ha considerado «ilógico» que no se les permita ejercer su actividad, ya que la desarrollan al aire libre, con la amplitud suficiente y con las medidas sanitarias que se les exigen, y ha denunciado que las medidas de reducción del número de puestos en los mercadillos e incluso prohibirlos en las localidades con más casos de coronavirus está afectando a más de 2.000 familias de la región.
«Defendemos el cien por el cien de los puestos, con las restricciones que nos exigen sanidad, como el 50% de aforo, pero que en ningún momento nos restrinjan el número de puestos», ha apuntado.
En el manifiesto, la asociación ha considerado que «se está incurriendo a un acto anticonstitucional», y ha denunciado estar recibiendo un trato «totalmente discriminatorio» hacia su profesión, porque ha asegurado que «al aire libre sí que está demostrado» que su actividad es «aún más segura que en otros sectores como grandes superficies o centros comerciales».
Los vendedores demandan, en dicho manifiesto, «dar flexibilidad» al decreto que impone Sanidad en materia de mercados al aire libre, pues argumentan que el lugar donde desarrollan su trabajo tiene esa flexibilidad con numerosas medidas como la ampliación de espacio entre puesto y puesto, la reducción de metros de los propios puntos de venta, control de aforo y el control de temperatura de vendedores antes y durante la jornada laboral, entre otras medidas.
Por ello, los vendedores ambulantes reclaman al Gobierno regional que «tiendan la mano», y que estén dispuestos a colaborar junto con las autoridades sanitarias, permitiendo y aconsejando a los ayuntamientos la celebración de mercadillos al aire libre con el 100 por cien de los puesto, con todas las medidas de distanciamiento, seguridad y sanitarias tanto para la población como a los profesionales de venta.