ruidos asociados al ocio nocturno. Tal es así, que ante la impasividad del ayuntamiento para remediar este problema, los vecinos han llevado a cabo una vistosa iniciativa que ha corrido como la pólvora entre los vecinos de este barrio: aquellas personas que no puedan descansar debido a los ruidos provocados por pubs y bares de copas, que pongan una sábana blanca en una de las ventanas de su domicilio.
La iniciativa surgió de una manera espontánea en la calle Sol de la ciudad herculina, durante la noche de Halloween. A raíz de eso aparecieron carteles animando al vecindario a sumarse a protesta indicando que se realizaba “por el derecho a dormir”.
Carta a la alcaldesa
Además desde la asociación de Ensenada del Orzán, remitieron una carta a la alcaldesa de la ciudad alertando sobre el problema. En ese misiva, además se adjuntaban los datos de un sonógrafo que recogió los ruidos de la zona en la noche del 26 al 27 de octubre: casi 95 decibelios (que equivale a una sirena de un coche de bomberos a corta distancia o un martillo hidráulico) pasada media hora de la medianoche y más de 85 decibelios a las 4:30 de la madrugada, hora que coincide con el cierre de los locales y la gente sale a la calle.
El colectivo vecinal también denuncia la falta de efectivos policiales (que no acudió a pesar de las numerosas llamadas) para controlar el desmadre nocturno que va desde peleas, gritos, cristales rotos hasta vómitos o altavoces con música a todo volumen. Unas situaciones que se vienen dando desde hace tiempo y que se han agravado con el regreso del ocio nocturno después del parón de la pandemia. Cansados de que sus reivindicaciones caigan en saco roto, piden al ayuntamiento una solución inmediata.