Si leíste nuestro artículo dedicado al café, estos dos datos ya te los sabrás: es la tercera bebida más consumida del mundo después del agua y el té y el segundo producto más comercializado a nivel internacional, solo por detrás del petróleo. Y tres: se calcula que en un año se llegan a consumir hasta 400 mil millones de tazas de café en todo el planeta. Con estas cifras sobre la mesa, ¿quién pone en duda la popularidad de este energizante de origen milenario?
El fruto del árbol del cafeto forma parte de nuestra vida y, de hecho, podríamos decir que existen tantas formas de prepararlo como personas hay en el mundo. Sin embargo, ¿te has preguntado alguna vez cuántos tipos existen?
Más allá del café sólo, del cortado, del bombón o del capuchino, esta bebida se abre ante un inmenso abanico de opciones, en función del origen de la planta y del modo de preparación. Una clasificación que todo buen cafetero debería conocer.
Tipos de café según el origen de la planta
Según un informe publicado por la OCU en 2020, “la familia botánica a la que pertenece el cafeto cuenta con unos 500 géneros y más de 6.000 especies en todo el mundo”. De todas ellas, se especifica que las más significativas desde el punto de vista cafetero -que no económico-, son dos: la Coffea arabica (café Arábica) y la Coffea caneophora (café Robusta). Veamos, pues, cuáles son las características de cada una de ellas y cuáles son los matices que nos van a ayudar a diferenciarlas.
Café Arábica
Su origen data de mediados del siglo XVIII, procede del sur de Etiopía y está considerada como la variedad de café más antigua. Hoy en día, sin embargo, su cultivo se ha expandido a otros puntos del mapa como África Central, Latinoamérica, India e Indonesia, puntos con condiciones ambientales favorables para la plantación de este cafeto: clima tropical y terrenos elevados que alcanzan desde los 500 hasta los 2.000 metros de altura sobre el nivel del mar.
En cuanto a sus características, el fruto de la Coffea arabica presenta una forma alargada, un color más claro y un tamaño más grande al de la Coffea caneophora. En boca, el Arábica es suave, delicado y agradable al paladar, con un toque ligeramente ácido pero muy sutil. Es un grano muy aromático, con muchos matices y con una cantidad de cafeína inferior al Robusta.
La variedad Arábica no solo es la más apreciada del mercado, sino que está considerada como una bebida de tipo gourmet, y la más cara. Los datos aportados por la OCU señalan que esta variedad “representa hoy en día el 70 % de la producción cafetera, siendo la especie más conocida y valorada en todo el mundo”. Y como dato curioso, ¿sabías que de sus primeras plantaciones se aprovechaban solo sus hojas para preparar té?
Café Robusta
Los primeros cultivos de esta variedad se sitúan en Zaire (país africano ahora llamado República Democrática del Congo), aunque hoy en día estos se extienden a otras zonas del continente y también del sudeste de Asia y Brasil. El arbusto que da vida a la Coffea caneophora es más resistente por lo que puede crecer perfectamente en zonas con climas más húmedos y con menor altitud del terreno con respecto al nivel del mar.
Si nos fijamos en el grano, el Robusta es más redondeado y ligeramente más pequeño que la especie anterior. Su concentración de cafeína es superior al Arábica, y de ahí que su sabor y su aroma sean mucho más fuertes e intensos, con toques amargos, rústicos y -como bien nos dice su propio nombre-, robustos.
Aunque su producción a nivel mundial es también inferior, su presencia en la industria del café es también muy importante, empleándose para elaborar variedades como la Java, la Kouilou o la Congensis, o para elaborar cafés de mezcla (Coffee Blends).
Tipos de café según su preparación
¿Café sólo o con leche? Hasta ahí, todo parece sencillo. Sin embargo, las posibilidades a la hora de preparar y degustar este energizante natural van mucho más allá, pues puede combinarse a la perfección con otros líquidos e ingredientes como bebidas vegetales, cacao, leche merengada o condensada, chocolate e incluso bebidas alcohólicas. Te invitamos a que, taza en mano, abras tu paladar cafetero más exigente y descubras los tipos de café más populares según su preparación.
Café solo o expresso
Es una de las variedades más básicas y consumidas: el café solo o expresso. Consiste en una bebida que se prepara en solo unos segundos (de ahí su nombre) infusionando los granos de café en agua hirviendo. El grano que suele emplearse es el Arábica y se sirve en una cantidad muy pequeña, ya que es muy concentrado y su sabor resulta muy puro.
Sin embargo, los consumidores más sibaritas de café aseguran que el auténtico espresso italiano posee unas características muy específicas que lo diferencian de lo que aquí entendemos por café solo, las cuales han sido definidas por el Istituto Nazionale Espresso Italiano: “Una taza con unos 25 mililitros de café adornada con una crema consistente y de textura fina, de color entre avellana y marrón oscuro, animada por reflejos leonados. El aroma debe ser intenso y rico, con notas de flores, fruta, chocolate y pan tostado. En boca, el espresso debe tener cuerpo y ser aterciopelado, correctamente amargo y nunca astringente”.
Ristretto
Se trata de una variante del anterior espresso, ya que su único ingrediente son los granos del café. La diferencia entre ambos es que en el caso del ristretto se agrega la mitad de cantidad de agua durante su preparación, por lo que el sabor y el aroma queda aún más concentrado que en el anterior. Un efímero pero placentero sorbo lleno de matices y que hace las delicias de los más puristas del café.
Americano
Agua y café son, como en los anteriores, los dos únicos elementos de un americano. La diferencia está en la proporción de agua que contiene, que es mucho mayor. Al estar menos concentrado, se reduce mucho la potencia de sabores y aromas, por lo que en boca resulta más suave que en el caso del expresso. En lugares como Estados Unidos y México es la bebida estrella para despertar y arrancar el día antes de la jornada de trabajo. ¿Sabías que, sin embargo, en ninguna cafetería, dinner o puesto callejero de América lo llaman “american coffee”, sino simplemente “coffee”?
* La Más Bonita
Café largo o lungo
Seguro que has visto alguna vez cafés servidos en vasos largos de cristal. Seguramente, se trate de un café largo o lungo (por su traducción del italiano), una variedad que se diferencia del americano por el proceso en que se infusionan los granos de café con el agua. En este caso, la extracción de la parte acuosa es mucho más prolongada, por lo que el extracto resultante hace que la potencia de sabores sea mucho más concentrada. En el americano, en cambio, se añade al final del proceso, por lo que simplemente “se agua” el expresso.
Cortado o macchiato
Ahora sí, empezamos con las variedades de café a las que se le añaden otros elementos. Imagina en este caso un expresso al que, simplemente, se le añade una cantidad muy pequeña de leche. Lo que obtenemos es el cortado o macchiato, uno de los más populares y consumidos en nuestro país, especialmente en almuerzos y en las sobremesas. Para obtener un auténtico macchiato es importante no excederse con la cantidad de leche, pues esta solo debe manchar -de ahí su nombre- ligeramente la bebida. En cuanto a la temperatura de la bebida láctea, ya entra en juego el gusto de cada consumidor, pero al tratarse de una cantidad tan mínima, en la mezcla resultará casi imperceptible.
Café con leche
Añadiendo más cantidad de leche, lo que obtenemos es el clásico café con leche, uno de los más consumidos junto con el anterior. Las proporciones entre ambos líquidos deben ser más o menos similares, de forma que los sabores se mezclen logrando el equilibrio perfecto. El sabor es mucho más dulce que en el caso del cortado y normalmente se sirve en una taza de tamaño mediano. En este caso, hay quienes prefieren la leche fría, tibia o caliente, por lo que de nuevo el gusto del consumidor manda.
* Bastard Coffee
Café latte
Los amantes del “café con espumita” encuentran en el latte una auténtica delicia. Se trata de una variedad del clásico café con leche a la que, tras añadirle la parte láctea se le agrega una cantidad generosa de espuma de leche que debe quedar sedosa y suave, de forma que casi se pueda comer a cucharadas. En cuanto a las proporciones, se prepara con un tercio de café, dos tercios de leche calentada con vapor y, por último, una capa fina (alrededor de 1 cm) de espuma de leche. En este tipo de café no sólo importan las proporciones entre los tres elementos, sino que también se cuida mucho que la textura de la espuma sea la adecuada por una cuestión decorativa. Y como dato curioso, ¿sabías que en Italia se llama “caffè latte” al café con leche y «latte» al vaso de leche?
Café bombón
Turno ahora para quienes buscan un café con leche en versión golosa. Se trata de sustituir la leche normal por leche condensada, por lo que el sabor resultante es mucho más dulce y la textura algo más densa y cremosa una vez se ha mezclado bien con la bebida. A la hora de prepararlo, el orden que se sigue es añadir primero la parte láctea y, por último, la bebida de café. Este orden es importante también a la hora de servirlo, ya que se suele presentar en vaso transparente o taza de cristal para que se distingan ambas capas. Las proporciones también son importantes si no queremos pasarnos de dulzor, por lo que lo normal es añadir un 70% de café y un 30% de leche condensada. Se dice que el café bombón o café endulzado es originario de Alicante, y que desde allí fue haciéndose popular en el resto de España.
Capuchino
Imagina tres capas perfectamente equilibradas de café expresso, leche vaporizada y espuma de leche. Es el llamado capuchino o cappuccino, una variedad con cada vez más adeptos gracias a su sabor dulce y al equilibrio que se consigue con las diferentes capas. En algunos lugares, se suele servir con cacao espolvoreado por encima, con canela o con chocolate puro rallado, al gusto del consumidor. También en el capuchino es importante cuidar la estética; tanto que se habla del llamado “arte latte” como una destreza a la hora de crear todo tipo de figuras sobre la propia espuma.
Mocca
El café mocca está considerado como una variante del capuchino -también de origen italiano-, a la que se añade una cuarta capa de lo más tentadora: el chocolate. También se puede utilizar cacao en polvo o sirope de chocolate, pero el sabor de esta planta tan protagonista debe estar presente para que hablemos de un auténtico mocca, también llamado mocha o mokka. En cuanto a las proporciones, se dice que café y chocolate deben estar equilibrados, mientras que la leche y la espuma podrán variar más o menos en función de si lo queremos más suave o más potente de sabor.
Carajillo
Llegamos al final de este viaje cafetero con el carajillo, una variedad muy popular en nuestro país. Se trata de un café expresso al que se le añade cierta cantidad de alguna bebida alcohólica, normalmente whisky, ron, anís, orujo o brandy que se calienta previamente. Servido en vasos de cristal tipo chupito, esta variedad de café es típica en España, aunque también es popular en otros países del otro lado del charco como Colombia, Cuba, México o Venezuela, donde se utilizan diferentes tipos de espirituosos. Una de las formas más tradicionales de preparar el carajillo es echar primero el licor, prender el alcohol hasta que se evapore del todo y, finalmente, verter el café.
Otros tipos de café
¿Nos atrevemos a afirmar que todas estas variedades son las únicas que existen en el mundo? Rotundamente no, pues el mundo del café se abre ante un amplísimo abanico de costumbres, culturas, países y formas de prepararlo casi imposible de explorar en su totalidad. Es más, todavía hoy siguen surgiendo nuevas combinaciones de sabores e ingredientes que buscan sorprender al consumidor más exigente. Sin embargo, sí podemos afirmar que las que te acabamos de presentar son las más conocidas y consumidas en todo el mundo.
Como hemos dicho, todos los tipos de café son perfectos. Perfectos para cada persona, lugar o momento del día, ya sea expresso, solo o con leche, cappuccino, ristretto, bombón o carajillo u otros menos populares como el irlandés, el azteca o el vienes, etc. Y ahora dinos, ¿cuál es para ti el café perfecto?