nueva medida instaurada en un bar de Bilbao es, como mínimo, sorprendente: limitar el tiempo de consumición en su terraza.
Al abrir la carta del bar no solo hay que fijarse en cuánto cuesta lo que se va a pedir, también hay que tener en cuenta cuánto tiempo se tiene para disfrutarlo. Porque el tiempo permitido para estar sentado dependerá de la bebida que se elija. Se podrá disponer de una mesa durante 15 minutos si el cliente se toma un café, por ejemplo. En el caso de escoger una cerveza, el tiempo asciende a 25 minutos desde que el camarero la sirva. Un máximo de 35 minutos si se opta por beber un cubata. Y si se tiene hambre y se pide un bocadillo, se dispondrá 40 minutos para comérselo.
El objetivo de cronometrar el tiempo de consumición es el de promover la rotación entre clientes, y evitar a aquellos que se pasan la tarde sentados en la terraza con una única bebida. Si funciona, los propietarios aseguran que esta norma podría prolongarse en el tiempo.
Distintos bares de toda España se han sumado ya a esta iniciativa. Muchos hosteleros siguen sufriendo las pérdidas millonarias y los efectos de la pandemia, a pesar de la recuperación del turismo en nuestro país, por eso buscan activar el consumo de nuevo y aumentar sus ingresos regulando sus terrazas a golpe de cronómetro.
Sin embargo, al cliente podría no gustarle tanto esta medida. Aunque desde hace tiempo hay restaurantes que cuando se reserva una mesa conceden un máximo de hora y media para comer o cenar, los tiempos que se proponen en los bares son más reducidos y podrían suponer un estrés para el consumidor.
También se instaura un mínimo de comensales
Otra medida que ya genera controversia es la de imponer un número mínimo de comensales por mesa. Ir solo a tomar algo en algunos establecimientos ya no es posible, solo se permite el consumo en caso de ir acompañado. Una forma, matemática, de aumentar la rentabilidad por mesa.