una de las jóvenes se acercó para pedirle comida. Al ver el mal estado en el que se encontraban la chica y al manifestarle esta que no quería volver bajo ningún concepto a su casa decidió alertar a las autoridades.
Cuando las autoridades llegaron a la vivienda decidieron avisar al Juzgado de Familia, Niñez y Adolescencia al ver la situación de la joven. Las hermanas vivían con su padre y presentaban un «grave estado de abandono». Ambas presentaban algún retraso madurativo y su progenitor las mantenía encerradas en una habitación de la casa la mayor parte del tiempo.
Los vecinos del barrio no sabían dónde se encontraban las hermanas y algunos aseguraron que hacía hasta 9 años que no las veían.
Tras ser liberadas del encierro al que las sometía su padre las jóvenes han pasado a ser amparadas por una prima mayor. Los investigadores determinaron que este padre tiene otros 7 hijos pero que ninguno de ellos vive con él. La madre de las niñas tiene una discapacidad y no vive en el domicilio familiar.