La pandemia de coronavirus sigue dejando numerosas incógnitas y una de ellas son las posibles secuelas que puede dejar la enfermedad a largo plazo a quienes ya la han superado.
Muchos de los pacientes que dejan atrás la enfermedad, conviven con graves secuelas, y no sólo en personas mayores, sino que hay casos de gente joven que meses después se siguen sin encontrar igual que antes de la enfermedad.
Estas secuelas pueden durar varios meses, o incluso toda la vida. Las más habituales son la fatiga crónica, las dificultades para respirar, el ahogamiento y las migrañas. En casos más graves, estas secuelas pueden provocar microinfartos, como es el caso de María, de 27 años.
Se les aplaude cuando dejan la UCI, pero todavía tienen un camino largo por recorrer. La atrofia muscular severa es otra de las secuelas que puede dejar el coronavirus. Muchos pacientes tienen que aprender a comer y a caminar de nuevo.
La enfermedad causada por el coronavirus también puede dejar secuelas neurológicas, similares a las que puede provocar un ictus, como por ejemplo la pérdida del habla. Aunque las más habituales son la pérdida del olfato y el gusto. Los pacientes reconocen que pueden tardar varios meses en recuperarlo, incluso los hay que aún no lo han hecho.