La quercetina, la nueva esperanza en la lucha contra la Covid-19: ¿qué es y cómo funciona contra el virus?

quercetina
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Los avances de un proyecto de investigación iniciado en marzo en la Universidad de Zaragoza (Unizar), que acaban de ser publicados, han identificado un compuesto natural, la quercetina, que podría constituir un posible fármaco contra la covid-19 o representar un punto de partida para ser optimizado.

El proyecto comenzó a desarrollarse en marzo en el Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de Unizar con el objetivo de buscar fármacos de forma rápida y ágil frente al virus SARS-cov-2, ha informado la institución universitaria en un comunicado.

Está liderado por Adrián Velázquez, investigador de la Agencia Aragonesa para la Investigación y el Desarrollo (ARAID) del Gobierno de Aragón para la captación de talento y adscrito al BIFI desde 2008. Los avances conseguidos entre marzo y junio se han publicado en la prestigiosa revista International Journal of Biological Macromolecules. En este proyecto se buscan candidatos a fármacos que inhiban la actividad de dos proteínas virales -3CLpro y PLpro- que son esenciales para el virus.

Inhibidor portende de la enzima viral 3CLpro

En el desarrollo de esta investigación ya se ha realizado el primer estudio estructural biofísico reportado hasta la fecha sobre la enzima viral 3CLpro y han identificado un producto natural, la quercetina, como inhibidor potente de dicha enzima a través de un procedimiento de cribado experimental de compuestos.

Así, la quercetina podría constituir un posible fármaco si se demuestra su actividad en seres vivos o podría representar un punto de partida apropiado para ser optimizado mediante la síntesis de derivados con mejores propiedades.

Otros compuestos

Además, tienen identificados otros posibles compuestos con actividad biológica frente a la misma proteína diana, con los que se están realizando los ensayos necesarios para confirmar los resultados.

Será necesario un arsenal de fármacos

Velázquez ya investigó el sida y el SARS durante su etapa postdoctoral en Estados Unidos (1998-2003) y desde entonces ha trabajado en la Universidad de Zaragoza en la búsqueda de fármacos frente a la hepatitis C, la úlcera gástrica, el cáncer pancreático, el cáncer de colon, la fenilcetonuria o el síndrome de Rett.

En su opinión, aunque los ensayos clínicos actuales puestos en marcha conduzcan a una terapia antiviral efectiva para aplicación en clínica a corto plazo, a largo plazo será necesario disponer de un arsenal de fármacos que actúen según diversos mecanismos de acción y minimicen la posibilidad de aparición de resistencia a fármacos debido al propio tratamiento terapéutico, o a la probable evolución natural del virus, como ha ocurrido con otras enfermedades virales.

Y añade que está convencido de que «las herramientas experimentales desarrolladas permitirán actuar de forma rápida ante emergencias futuras causadas por virus similares a SARS-CoV-2″.