La inversión extranjera directa caerá un 40% interanual en 2020 por la crisis derivada de la pandemia de COVID-19, volverá a bajar en 2021 entre un 5% y un 10% y no remontará hasta 2022, vaticina el informe publicado este martes por la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
De confirmarse, ello significaría una inversión foránea de poco más de 600.000 millones de dólares (533.000 millones de euros), la peor cifra en 17 años, según las estadísticas de la organización.
Los países desarrollados se verán muy afectados, con una caída de la inversión prevista de entre el 30% y el 45% en Europa y de hasta un 35% en Norteamérica, después de que en estas economías el indicador subiera un 5% en 2019 hasta los 800.000 millones de dólares (710.000 millones de euros).
Cifras parciales de este año ya mostraron el mal momento para la atracción de capitales por parte de las naciones industrializadas, que vieron caer un 53% interanual las fusiones y adquisiciones transfronterizas en abril, mientras que las inversiones en nuevas instalaciones cayeron un 25% en el primer trimestre.
«El panorama es incierto, y las perspectivas dependen en gran parte de la duración de la crisis sanitaria y de la efectividad de las políticas para mitigar los efectos económicos de la pandemia», aclaró, al presentar los datos, el secretario general de la UNCTAD, Mukhisa Kituyi.
La pandemia, analiza el organismo en su informe, ha ralentizado los planes de inversión de numerosas empresas multinacionales, debido sobre todo a las medidas de confinamiento, que han paralizado la oferta y la demanda en múltiples sectores.
Las principales 5.000 multinacionales del mundo, que representan buena parte de la inversión foránea global, han revisado sus perspectivas de beneficios en 2020 un 40% a la baja como promedio, lo que perjudicará a las inversiones, que en más de la mitad de los casos suelen ser ganancias reinvertidas.
Además se espera que tras la pandemia aumenten las políticas restrictivas de flujo de capitales, otro factor que de seguro perjudicará a una inversión extranjera que el año pasado ascendió a 1,54 billones de dólares (1,36 billones de euros), una subida interanual del 3%.
Latinoamérica, una de las regiones más afectadas
Se espera que Latinoamérica sea una de las regiones más afectadas por la caída de la inversión, que podría ser en la región de hasta el 50%, mientras que las naciones en desarrollo de Asia vean reducida la llegada de capital extranjera un 45% en comparación con 2019.
«Las economías en desarrollo sufrirán la mayor caída en inversión directa, dado que dependen más de las industrias extractivas y las intensivas en la cadena mundial de valor, que se han visto severamente afectadas», analizó el director de Inversión y Empresa de la UNCTAD, James Zhan.
En esas zonas, las industrias más afectadas podrían ser la turística, el transporte y aquellas relacionadas con las materias primas, tres de los sectores más perjudicados por la crisis sanitaria global.
Revolución en la cadena de montaje
UNCTAD también analiza en su informe el futuro de la cadena de producción internacional tras la pandemia, y augura que ésta no hará sino acelerar los procesos de desaceleración de los flujos de inversión y de las cadenas de valor mundiales, lo que irá acompañado de un lento crecimiento del comercio.
Esos procesos ya se habían iniciado tras la crisis financiera mundial de 2008, alimentados por el creciente nacionalismo económico, la nueva revolución industrial (con un impulso de la robotización) y la concienciación sobre el impacto de la producción en el medio ambiente y el calentamiento global.
UNCTAD prevé, por todo ello, mayor intervencionismo de los gobiernos en la producción, más proteccionismo, cambio hacia marcos operativos regionales y bilaterales en lugar de los multinacionales, o un aumento de la desinversión y las deslocalizaciones, que desatará una competencia más dura por atraer inversión foránea.