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Se identifican nuevas piezas del aparato mientras los investigadores examinan su historial técnico y operativo

El equipo de investigación de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) continúa con las labores técnicas tras el trágico accidente del helicóptero Bell 206 L-4 en el río Hudson, ocurrido el pasado jueves, y que costó la vida a seis personas, entre ellas la familia Escobar-Camprubí, originaria de Puertollano.

Evaluación técnica: foco en el sistema de control de vuelo

Los investigadores ya han comenzado a analizar en profundidad el sistema de control de vuelo del helicóptero, trasladado a un centro seguro. Esta inspección busca determinar si hubo alguna falla mecánica o estructural que pudiera haber desencadenado la pérdida de control durante el vuelo.

Parte de los restos recuperados, como la cabina, el fuselaje frontal y parte del estabilizador, han sido enviados a los laboratorios de la NTSB en Washington D.C., donde se realizan análisis técnicos más exhaustivos.

Búsqueda intensiva de componentes clave

La operación de recuperación, a cargo de buzos del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), sigue centrada en localizar piezas fundamentales que aún no han sido recuperadas:

  • Rotor principal
  • Caja de engranajes
  • Rotor de cola
  • Sección trasera del fuselaje

El uso de sonar de barrido lateral ha permitido identificar posibles ubicaciones en el lecho del río, lo que ha mantenido activas las operaciones durante todo el fin de semana.

Sin grabadores de vuelo ni registros útiles

Uno de los desafíos principales que enfrenta la NTSB es la ausencia total de sistemas de grabación a bordo. El Bell 206 L-4 accidentado no contaba con cajas negras, ni dispositivos de vídeo o audio, y los aviónicos no almacenaron datos operacionales. Esto obliga a los investigadores a reconstruir la secuencia del accidente mediante el análisis físico de restos y la revisión de registros en tierra.

Revisión operativa y antecedentes del aparato

Durante los últimos días, los técnicos de la NTSB han mantenido reuniones con representantes de New York Helicopter Charter Inc., la empresa operadora. Se han examinado los registros de mantenimiento, las políticas de seguridad, el historial de inspecciones y la experiencia del piloto.

Se ha confirmado que el helicóptero pasó su última inspección mayor el 1 de marzo y que el día del accidente completó siete vuelos turísticos previos sin incidentes. La tragedia se produjo en el octavo vuelo del día.

Colaboración internacional y partes técnicas implicadas

Además de la NTSB, participan en la investigación:

  • La Administración Federal de Aviación (FAA)
  • El fabricante del helicóptero, Bell Helicopter
  • El proveedor del motor, Rolls-Royce

Estas entidades están contribuyendo con análisis de ingeniería y datos técnicos que podrían esclarecer la causa del siniestro.

Un recuerdo presente en Puertollano

Mientras avanzan las investigaciones en Estados Unidos, la ciudad de Puertollano sigue de luto por la pérdida de la familia Escobar-Camprubí, cuya memoria permanece viva entre los vecinos y allegados. El recuerdo de Agustín Escobar, destacado directivo internacional, y de su familia, sigue muy presente tanto en la localidad como en los homenajes realizados a nivel regional y nacional.