La industria aceitera respalda la propuesta del Gobierno de sacar el aceite de oliva de la lista de productos que utilizan el modelo de etiquetado Nutriscore, aunque reclama una «campaña de información al consumidor» para que la medida no perjudique al sector.
Así lo ha señalado este lunes el director general de la patronal de industriales y envasadores de aceite (Anierac), Primitivo Fernández, quien ha reconocido este lunes que había preocupación en el sector por la calificación que le concede este etiquetado (una «C», tercera nota en una escala de cinco).
En su opinión, dicha clasificación no refleja los beneficios nutricionales del aceite de oliva y lo equipara con el de otras grasas como el aceite de colza.
Fernández ha destacado que todavía faltan detalles por conocer, ya que España sólo es «observador» en el comité de gobernanza de Nutriscore -patentado por las autoridades francesas-, por lo que son sus miembros con derecho a voto los que tienen que aprobar formalmente la exclusión de este producto.
La duda es cómo interpretará el consumidor que otros alimentos incluyan en su etiquetado un sistema de colores como el Nutriscore y el aceite de oliva no. Habrá que explicárselo para que no lo interprete de forma negativa», ha argumentado.
El responsable de Anierac ha recordado que las críticas a este modelo de etiquetado también hacen referencia al cálculo, ya que se basa en ingestas de 100 gramos, cuando en casos como el del aceite esa cantidad está lejos de la dosis habitual.
El algoritmo en el que se basa el Nutriscore concede una calificación u otra -acompañada de un color, de verde a rojo-, tras analizar los elementos nutricionales cuyo consumo se recomienda limitar (calorías, grasas saturadas, azúcar y sal) y aquellos que son beneficiosos (proteínas, las vitaminas y las fibras).
Sin embargo, el sistema distingue entre productos con un mejor y peor perfil nutricional pero sólo dentro de una misma categoría; es decir, en el caso del aceite lo compara entre las diferentes grasas, pero no con los cereales de desayuno o la comida congelada.
Por este motivo, algunos nutricionistas y expertos han criticado el modelo por el riesgo de que dé lugar a confusión entre los consumidores.
El Nutriscore es de momento un sistema de etiquetado de carácter voluntario vigente en algunos países, aunque la Comisión Europea ya estudia la posibilidad de hacerlo obligatorio.
El Gobierno español impulsa este modelo para los alimentos envasados desde finales de 2018