Los empresarios de la hostelería y el ocio nocturno alertan del aumento de preconcursos, desahucios y destrucción de empleos.
Cientos de profesionales de Hostelería de España y otro medio centenar de organizaciones de ocio y restauración se manifestaron este miércoles en un acto de protesta para pedir medidas de ayuda al sector ante la crisis causada por la pandemia y las restricciones impuestas para prevenir contagios.
Bajo el lema #salvemoslahostelería, han pedido en la Plaza de Cibeles de la capital la flexibilización de los Expedientes Temporales de Regulación de Empleo (ERTE) y de los créditos ICO, la reducción del IVA en Hostelería, promociones al consumo y menos reducciones de aforo en los establecimientos a través de una colaboración conjunta entre el sector y las administraciones.
«No se puede decir a una empresa que cierre, limitarle su trabajo y no tener medidas de acompañamiento directo como en muchísimos países de Europa», ha explicado a Efeagro el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel.
El presidente ha asegurado que en el sector hay un «cabreo generalizado» y están «muy preocupados» ante la situación «dramática» que viven, en la que «más de 40.000 empresas han echado la persiana definitivamente».
Respecto a las limitaciones en los establecimientos -como el aforo o la prohibición de fumar en terrazas, si no se mantiene la distancia de seguridad-, cree que muchas de ellas son «absolutamente gratuitas, arbitrarias» e, incluso, algunas «carentes de evidencias científicas», en un proceso en el que a su juicio se está «demonizando a la hostelería» frente a otros sectores.
«Los restaurantes y terrazas son locales absolutamente seguros», ha recalcado tras apuntar que, aunque están en diálogo con las administraciones, al final las medidas necesarias no se toman.
Según sus datos, si continúa esta dinámica podrían llegar a cerrar 85.000 locales, con una pérdida de empleos directos e indirectos de hasta los 1,1 millones, que representa el 6,2 % del PIB.
En comparación con 2019, se prevé un descenso de la facturación superior al 50 %, con una pérdida de hasta 67.000 millones de euros, de acuerdo a sus datos.
Preguntado por la posibilidad de un nuevo confinamiento, Yzuel cree que «de ninguna manera» España podría resistirlo: «A nosotros de alguna manera se nos está confinando, se nos está limitando y vemos la destrucción de empleo, de economía y el desastre».
Durante el acto de protesta de hoy, convocado por Hostelería de España, Hostelería de Madrid, la Plataforma por el Ocio, España de Noche y más de 50 organizaciones provinciales de las 17 autonomías, se ha leído un manifiesto con peticiones de apoyo al empleo, la estimulación de la demanda y a la activación de un Plan Estratégico de la Gastronomía, un llamamiento replicado en otras ciudades.
En declaraciones a Efeagro, el director general de Hostelería de Madrid, Juan José Blardony, ha manifestado que, tras seis meses de pandemia, todavía no saben cómo van a llegar a diciembre, con «problemas para subsistir» empeorados con restricciones como la reducción de aforo en barra o la limitación de los horarios.
«Las ayudas son muy pocas. La Comunidad de Madrid prácticamente no ha dado ayudas. El Ayuntamiento de Madrid prometió las terrazas y siempre ha sido flexible en la interpretación de la normativa, pero no ha sido suficiente. Hay miles de hosteleros que todavía tampoco tienen sus terrazas, y son y van a ser fundamentales en los próximos meses para que podamos mantener el empleo», ha lamentado Blardony.
«Sin turismo, con teletrabajo y sin residentes, como hemos estado este mes de agosto, Madrid ha sido un erial», ha señalado, antes de reclamar a la Comunidad de Madrid un «plan de ayudas efectivo», ya que todo a sido «a costa de avales» que les han endeudado.
El presidente de España de Noche, Ramón Más, ha insistido en que el sector está «muy indignados» porque se les ha obligado a suspender la actividad sin aportarles ayudas y los rebrotes en el país han continuado. Respecto a la cantidad de asistentes al acto de hoy, desde la organización han recordado que no se trataba de «batir un récord», sino llamar la atención del Gobierno y las administraciones, para que «se den cuenta de que la hostelería esta en este momento absolutamente perjudicada y preocupada por el horizonte».