El desplome de la economía española no ha hecho más que empezar. La demoledora lectura del PIB que arrojan los datos del INE en el segundo trimestre del año del 18,5% está en línea con los escenarios más adversos expuestos por los principales organismo de análisis macroeconómico para la economía española en el conjunto del año como la OCDE (-14,5%) y el Banco de España (-15,1%). Es decir, la caída histórica del segundo trimestre llevaría al PIB a registros de este nivel ya que son los escenarios que preveían nuevos rebrotes de coronavirus y la vuelta a ciertas restricciones para la actividad económica, tal y como ya está ocurriendo en numerosas comunidades autónomas con las limitaciones impuestas, por ejemplo al ocio nocturno. Pero, más allá, según advierten los expertos las cifras que arrojan los datos agregados de este trimestre marcado por el confinamiento podrían ahondar en la recesión por encima del 15%.
Así lo señala el economista Javier Santacruz quien asegura que las tendencias arrojadas por el consumo y la inversión privada suponen una losa difícil de levantar en estos meses, a pesar de la reactivación económica. Concretamente, estos datos que son capaces de adelantar el nivel de actividad inmediatamente posterior sufren un severo castigo entre los meses de abril y junio con una caída de la inversión privada del 24,4%, mientras que el consumo final de los hogares experimenta un retroceso del 25,5%.
«Una caída tan vertical y en paralelo (casi la misma) de consumo privado e inversión hace muy difícil recuperable el tercer trimestre», advierte el experto a lo que añade que viendo la evolución de lo que va del mes de julio la cifras macro «no invitan al optimismo».
Caída sin precedentes
De este modo, tras registrar un desplome del PIB del 18,5% entre abril y junio, se registra así su mayor caída trimestral en la serie histórica. Hasta ahora, los mayores retrocesos trimestrales del PIB habían sido el del primer trimestre de este año (-5,2%) y el del primer trimestre de 2009 (-2,6%). Así, España entra de nuevo en recesión técnica de la economía al sumar dos trimestres consecutivos en negativo.
Cabe recordar, como explicó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que el periodo abril-junio se ha visto afectado de lleno por la paralización de numerosas actividades económicas como consecuencia de la declaración del estado de alarma. En tasa interanual, el PIB del segundo trimestre se contrajo un 22,1%, frente al descenso del 4,1% del trimestre anterior, lo que también supone el mayor retroceso interanual de toda la serie.
La demanda nacional restó 19,2 puntos a la variación interanual del PIB en el segundo trimestre, tasa 15,5 puntos inferior a la del primer trimestre. Por su parte, la demanda externa restó 2,9 puntos, lo que supone 2,5 puntos menos que en el trimestre pasado. Además se ha producido un hundimiento del consumo de los hogares del 21,2% respecto a los tres meses anteriores, sin precedentes en la serie histórica. Por el contrario, el gasto público aumentó entre abril y junio un 0,4%, mucho menos de lo que lo hizo en el primer trimestre (+1,8%), mientras que el gasto en consumo de las instituciones sin fines de lucro y al servicio de los hogares avanzó un 0,5%, tres décimas menos que en el trimestre precedente. La inversión, por su lado, registró en el segundo trimestre un recorte histórico del 22,3%, con caídas del entorno del 25% o superiores tanto en el caso de la inversión en vivienda como en maquinaria y bienes de equipo.
En términos interanuales, el consumo de los hogares mostró un retroceso del 25,7%, su mayor caída en la serie histórica, mientras que el gasto público mantuvo el pulso y aumentó un 3,5% respecto al segundo trimestre de 2019, una décima menos que en el trimestre anterior. El gasto en consumo de las instituciones sin fines de lucro, por su parte, moderó su crecimiento interanual hasta el 3%, tres décimas menos que en el primer trimestre. La inversión se hundió un 25,5% interanual en el segundo trimestre, una caída sin precedentes en los registros. Hasta ahora, el mayor retroceso interanual se había experimentado en el segundo trimestre de 2009 (-20,4%).
Las exportaciones retrocedieron un 38,6% respecto al segundo trimestre de 2019, en contraste con el descenso interanual del 6,1% experimentado en el trimestre anterior, mientras que las importaciones se desplomaron un 33,1% y venían de decrecer un 5,5% en el primer trimestre.
Por último, el empleo de la economía, en términos de horas trabajadas, cayó en el segundo trimestre un 21,4% respecto al trimestre anterior. Esta tasa es de menor magnitud que la de los puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo (del -17,7%, lo que supone 15,8 puntos menos que en el primer trimestre) debido a la reducción que se observa en la jornadas medias a tiempo completo (-4,5%).
Advertencia empresarial
Con estos datos, la Cámara de Comercio de España empeoró este viernes su previsión de PIB para el conjunto de 2020 tras el desplome del segundo trimestre y ahora prevé que el PIB caiga este año un 12,6%, frente a la contracción del 11% estimada inicialmente. Para 2021, calcula que la economía experimentará una mejora gradual, con un avance interanual del PIB del 5,3%. No obstante, la institución no descarta volver a revisar estas previsiones a la baja si se produce un empeoramiento de la situación sanitaria que obligue a aplicar nuevas restricciones a la movilidad y productivas en la última parte del año.
En opinión del organismo presidido por José Luis Bonet, la situación actual requiere «con urgencia» adoptar medidas efectivas para paliar los «serios problemas» que enfrenta una parte sustancial del tejido productivo español. Así, entiende que el acuerdo sobre el fondo europeo de reconstrucción «debería servir como acicate para llevar a cabo una política económica valiente, enfocada a incentivar la inversión de las empresas, a garantizar un contexto favorable a la actividad empresarial, y a incrementar la productividad del conjunto de la economía española».
Por su parte, la patronal CEOE cree que el desplome histórico del 18,5% del PIB en el segundo trimestre es «puntual» por la crisis del Covid y no se puede comparar con crisis anteriores, si bien cree que es compatible con su previsión de una caída de la economía superior al 10% este año, por lo que pide intensificar las medidas de apoyo a las empresas ante su «dramática situación» y para poder «normalizar» la actividad económica. En este sentido, pide mantener e intensificar las medidas de apoyo al tejido productivo para no poner en riesgo su supervivencia y recuerda que «si no se recuperan las empresas, no es posible que se consiga normalizar la actividad económica.
Mientras tanto, el líder de UGT, Pepe Álvarez, afirmó este viernes que resulta «imperativo e imprescindible» controlar y atajar la crisis sanitaria causada por el coronavirus para que la economía española pueda recuperarse «lo antes posible». Para ello, «es crucial controlar la crisis sanitaria que todavía atravesamos hoy para poder sostener las rentas, manteniendo el empleo y la actividad económica tanto como sea necesario», defiende el sindicato, que aboga por políticas fiscales «expansivas», por mantener el escudo social el tiempo que sea preciso y por seguir con los Ertes hasta que se vuelva a la normalidad.