Se cree que el origen de su masa de harina cocinada usando dos placas y acompañándola de otros alimentos tiene su origen en la Antigua Grecia. Pero el gofre, tal y como lo conocemos a día de hoy, se origina más recientemente, concretamente en Estados Unidos para después expandirse por toda Europa de la mano de los emigrantes americanos en su regreso. De todas formas, su historia va más allá y merece la pena conocerla porque es, ante todo, curiosa. Sigue leyendo para conocer la historia del gofre y por qué celebramos el Día mundial del gofre.
¿Quién inventó gofre?
Efectivamente, como ocurre con muchos de los postres que comemos hoy en día, podemos decir que el origen del gofre está en Estados Unidos. Fue gracias a los emigrantes americanos que el gofre llegó a territorio europeo. Concretamente tenemos que remontarnos a finales del siglo XVIII para fijar su gran expansión en el viejo continente: fue en 1789 cuando Thomar Jefferson trajo, desde América, la primera plancha de gofres. Esa plancha es la que fija el formato típico del gofre tal y como lo conocemos hoy en día, con su masa como típica cuadrícula.
La tradición de su consumo fue evolucionando de manera distinta a lo largo de la historia. En este sentido, cabe destacar el momento en el que se extendió el hábito de servir el gofre con chocolate, nata y otros ingredientes, también dulces. Esta aportación fue idea del belga Maurice Vermersch, quien en la Exposición Universal celebrada en Bruselas en 1960 consiguió que la venta de estos waffles fuese todo un éxito. Gracias a él, cuatro años más tarde, Vermersch se trasladó a Nueva York para llevar con él su ‘gofre belga’ y así expandir su negocio. Por haber popularizado el gofre tal y como es servido y consumido hoy en día, podemos considerar a este belga como el ‘creador gofre’ o ‘inventor gofre’ o, al menos, quien consiguió sacarle todo su partido y coronarlo como uno de los postres preferidos a nivel mundial.
¿En qué se diferencia un gofre y un waffle?
Tanto el gofre como el waffle son una especie de galleta o torta, parecida a un barquillo y de masa crujiente, que se cocina entre dos planchas calientes. Para mucha gente, la única diferencia entre un ‘gofre’ y ‘waffle’ es una cuestión idiomática entendiendo que ‘gofre’ es el vocablo español para referirnos al original ‘waffle’ (proveniente del neerlandés ‘wafel’). Por lo que Día mundial del gofre y Día mundial del waffle sería lo mismo. Pero debes saber que, aunque parezcan que son lo mismo y que ambas palabras se usan para definir un mismo concepto, sí hay algunas diferencias entre un producto y otro.
Aunque sean similares en sabor y en aspecto, el waffle y el gofre encuentran sus diferencias en el uso de ciertas levaduras pero también, curiosamente, en la profundidad de sus orificios. Ambos cuentan con un formato muy similar, ya que se trata de una especie de ‘rejilla’ hecha con la masa, pero, mientras el gofre suele tener huecos más profundos y está elaborado con levadura fresca, para el waffle se usa leudante químico y esos huecos son más discretos. La diferencia en la masa hace que los gofres sean más crujientes que los waffles, más esponjosos. Además, los waffles suelen ser redondeados, mientras que los gofres, al estilo belga, suelen ser más cuadrados.