Después de una saga legal que ha capturado la atención mundial durante casi una década y media, Julian Assange, fundador de WikiLeaks, finalmente ha recobrado su libertad. Este miércoles, en una corte en Saipán, capital de las Islas Marianas del Norte, un territorio estadounidense en el Pacífico, Assange ha visto el final de su largo litigio.
El Acuerdo Judicial en Saipán
Ante la jueza Ramona Manglona, Assange se declaró culpable de un único cargo relacionado con la «conspiración para obtener y publicar información de defensa nacional», violando la Ley de Espionaje. La audiencia, que se extendió por más de tres horas, concluyó con la jueza aceptando la parte del acuerdo que consideraba los 62 meses de encarcelamiento en Londres como suficientes para su sentencia.
Este acuerdo pone fin a los años de asilo en la embajada de Ecuador en Londres, seguidos de su detención en la prisión de Belmarsh, reconocida por su rigor. La magistrada destacó en su fallo que el gobierno estadounidense no presentó a ninguna víctima personal del caso, y que la difusión de información por parte de Assange no resultó en daño físico conocido.
Reacciones y Consecuencias del Acuerdo
A pesar de su liberación, el acuerdo establece condiciones significativas, como la prohibición de Assange de ingresar a los Estados Unidos sin permiso previo. Al mismo tiempo, la resolución ha generado opiniones encontradas en el ámbito internacional, especialmente entre los defensores de la libertad de prensa.
Los abogados de Assange, Jennifer Robinson y Barry Pollack, en una rueda de prensa posterior, expresaron preocupación por el precedente que este caso podría establecer. Afirmaron que «la persecución sienta un precedente peligroso que debe preocupar a periodistas en cualquier parte», criticando la extensión extraterritorial de la jurisdicción de EE. UU. sobre casos de libertad de expresión.
Un Nuevo Capítulo para Assange
Con la esperanza de comenzar una nueva vida, Assange ha partido hacia su natal Australia. El próximo miércoles, al celebrar su 53 cumpleaños, podrá hacerlo como hombre libre por primera vez en muchos años. La jueza Manglona, antes de despedirlo, expresó su deseo de que Assange inicie su nueva vida de manera positiva.
Este caso no solo cierra un capítulo importante en la vida de Julian Assange sino que también destaca la compleja interacción entre la ley, la política internacional y los derechos humanos, dejando un legado que será analizado y debatido durante años.