«Tranquilidad y alivio» fue lo que sintió Iñigo Urkullu aquel jueves 20 de octubre de 2011 cuando la banda terrorista ETA anunció el cese de su actividad armada. El lehendakari ha confesado que hace hoy 10 años sintió «la esperanza» del inicio de «una nueva convivencia».
En el encuentro ‘Jóvenes, Convivencia y Futuro’ el presidente del Gobierno vasco ha reconocido que un día como hoy de hace 10 años sintió «una alegría inmensa» que le hizo coger el teléfono y hablar con su familia.
El lehendakari destacó que «se dejara de relacionar al pueblo vasco con la violencia, para «superar ese vínculo y destacar nuestro verdadero ser internacional». «Sentí la esperanza de que comenzaba el tiempo de una nueva convivencia», ha dicho.
Al final del acto el político vasco declinó hacer otras declaraciones ya que el que acababa de terminar era para él «el acto más importante de hoy» y no quiso «contaminar lo que es el mensaje que hoy también los jóvenes nos han transmitido».
El décimo aniversario del fin de ETA viene marcado por las palabras que el lunes pronunció Arnaldo Otegi. El coordinador de EH Bildu aseguró que el dolor causado por ETA «nunca debió haberse producido».»Queremos trasladarles nuestro pesar y dolor por el sufrimiento padecido. Sentimos su dolor y desde ese sentimiento sincero afirmamos que el mismo nunca debió haberse producido, a nadie puede satisfacer que todo aquello sucediera, ni que se hubiera prolongado tanto en el tiempo. Debíamos haber logrado llegar antes a Aiete», indicó Otegi.
Las palabras de la izquierda abertzale fueron consideradas por el Gobierno como un «paso» «insuficiente» y le reclamó que pida «perdón» y pase de las «palabras a los hechos» condenando a la banda y no participando en homenajes a los condenados. El Partido Popular le ha exigido que condene el terrorismo de ETA, y que abandone los homenajes a los etarras. Además, al igual que Vox, ha pedido a Otegi que ayude a esclarecer los asesinatos de ETA que a día de hoy aún están pendientes.