El cambio generacional ha llegado a su punto más significativo. Y es que, una de cada cinco personas confía más en los influencers que en los especialistas. Así lo revela un estudio de la plataforma de matchmaking B2b, Sortlist, que encuestó a 1.000 usuarios en cinco países diferentes para comprender mejor el poder de las figuras públicas de la red sobre las decisiones de las personas.
España, Alemania, Francia, Bélgica y Países Bajos son los países donde viven los encuestados que siguen en redes sociales a influencers de salud, nutrición y finanzas. Por ello, nuestro país participa de manera directa en los resultados del estudio.
Dicho estudio analiza cómo los influencers son capaces de afectar de manera directa en la mentalidad y decisiones de los usuarios. Se estudiaron las fuentes que emplean para encontrar información sobre salud y finanzas, factores que influyen en la confianza ,el valor percibido de los influencers y valor percibido de especialistas.
Conclusiones del estudio
La explosión de las redes sociales y el mundo de los influencers da un paso más allá. A la hora de contrastar y buscar puntos de vista, los medios de comunicación acuden a especialistas para que aporten su visión y den un enfoque más profesional sobre un tema. Sin embargo, este estudio revela que el 20% de la población confía más en los influencers que en sus médicos y asesores financieros.
El 46% de los encuestados asegura que los influencers les ayudan en sus inversiones financieras. No obstante, un 37% piensa que los especialistas y expertos son más transparentes. El 68% de los seguidores de influencers financieros investigan la información que dicen. Pasa lo mismo con el 50% de las personas que siguen a este tipo de figuras en redes sobre salud.
Las principales respuestas que dan los encuestados a sobre por qué acuden antes a los influencer que a especialistas de salud o finanzas son el coste y la dificultad para conseguir una cita. Pese a estos reveladores resultados, los especialistas continúan ocupando el primer lugar cuando las personas deciden en quién confiar más, dejando a los influencers en el último puesto.