El año pasado, Castilla-La Mancha experimentó un notable aumento en la incidencia de accidentes de tráfico graves, según ha reportado el Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 1-1-2 de la región. Durante el 2023, se coordinaron un total de 248 accidentes graves, un incremento frente a los 234 sucesos registrados en 2022, lo que supone 14 accidentes adicionales.
Distribución Provincial de los Siniestros
La provincia de Toledo lideró el trágico recuento con 82 accidentes en sus carreteras, seguida por Albacete con 44. Por otro lado, Cuenca y Ciudad Real presentaron las cifras más bajas con 36 y 28 siniestros, respectivamente. Estos datos reflejan la distribución desigual de la siniestralidad vial a lo largo de la región.
Causas y Consecuencias de los Accidentes
La salida de vía del vehículo ha sido identificada como la principal causa de estos graves accidentes, representando más de un 30% del total de los incidentes. Esta estadística pone de relieve la importancia de la conducción prudente y la necesidad de prestar atención constante al volante para evitar salidas inesperadas de la carretera.
A pesar del aumento en el número de accidentes, el índice de mortalidad se ha mantenido relativamente estable, con una víctima mortal más en 2023 (85 fallecidos) en comparación con 2022 (84 fallecidos). Este dato sugiere que, aunque la frecuencia de los accidentes ha aumentado, las medidas de seguridad vial y los protocolos de emergencia han jugado un papel crucial en la prevención de un mayor número de fatalidades.
Épocas de Mayor Riesgo
Los meses de julio y agosto fueron los más críticos, acumulando el mayor número de accidentes graves. De hecho, el periodo estival, de junio a septiembre, concentró más de un tercio de todos los incidentes. Curiosamente, diciembre también mostró una alta siniestralidad, contrastando con la tendencia habitual de menor número de accidentes al inicio y final del año.
Respuesta Coordinada a los Siniestros
El Servicio 1-1-2 desempeñó un papel fundamental en la respuesta a estos accidentes, coordinando la actuación de diversos recursos de emergencia. La Guardia Civil, los servicios sanitarios, los bomberos y el personal de mantenimiento de carreteras han trabajado de manera conjunta para atender los siniestros, demostrando la eficacia de una respuesta coordinada ante situaciones de emergencia.