El vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha convocado este viernes el Consejo de Coordinación estatal para analizar junto a los máximos dirigentes de la formación la «derrota sin paliativos» en las elecciones gallegas y vascas, definida así en el único pronunciamiento público del líder ‘morado’ desde el pasado domingo.
Los resultados fueron un duro golpe para el partido. Galicia en Común-Anova-EU perdió la representación en el Parlamento gallego, del que era segunda fuerza hasta el domingo, mientras que la coalición Elkarrekin Podemos-IU, redujo casi a la mitad su presencia en la cámara vasca, manteniendo solo seis de los 11 escaños con los que contaba.
Desde la noche del 12 de julio, la dirección del partido morado está sumida en un silencio casi absoluto, solo ‘roto’ por el tuit que Iglesias publicó tras confirmarse los resultados y por las escuetas declaraciones esta semana de la portavoz de la Ejecutiva, Isabel Serra, y de la secretaria de Coordinación ejecutiva, Ione Belarra. Ni siquiera se celebró el lunes la habitual reunión semanal del Consejo de Coordinación porque, según fuentes de Podemos, Iglesias prefería esperar a que se produjeran primero las reuniones de las direcciones en Galicia y País Vasco antes de analizar los resultados en la cúpula estatal.
Según avanza Público, la reunión de la Ejecutiva será este viernes y a ella han sido invitados los candidatos en las pasadas elecciones gallegas y vascas, Antón Gómez-Reino y Miren Gorrotxategi, respectivamente.
Disputas internas y muchas elecciones en seis años
La cita servirá para abrir el proceso de «reflexión colectiva» y «autocrítica» en el seno del partido. Hasta el momento, la dirección sólo ha apuntado como posible causa los «problemas internos» que arrastran desde hace años.
Esas disputas, sumadas al vertiginoso ciclo electoral que Podemos ha afrontado en sus seis años de vida, con cuatro elecciones generales, dos europeas, dos municipales, y autonómicas, se interpretan en el partido como posibles causas de esa falta de estructura de partido y cuadros medios y, como consecuencia, de la pérdida de apoyos.
Sin embargo, no parece que el liderazgo de Iglesias esté en peligro. Al menos esa idea es la que trasladó la portavoz Serra el lunes al ser preguntada por la carga de responsabilidad de la dirección en el batacazo. La cúpula de Podemos descarta que los malos resultados pongan en cuestión a Iglesias como líder y recuerda que todos fueron «revalidados» en la Tercera Asamblea Ciudadana que celebró Podemos en mayo.
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Si bien la dirección del partido no se ha pronunciado, si lo han hecho algunos dirigentes y exdirigentes críticos con la dirección, como el exsecretario general de Podemos en Aragón, Nacho Escartín -ahora miembro de la dirección autonómica-, o ex miembros destacados del partido morado como el exsecretario general en Madrid Ramón Espinar, o el exnúmero dos y ahora líder de Más País, Íñigo Errejón. Todos ellos coinciden en señalar como posibles factores del descalabro el excesivo centralismo del que, a su juicio, peca Podemos, la persecución al que opina diferente y a la crítica interna, o el abandono, a su parecer, de la apuesta por la plurinacionalidad.
Posiblemente el más duro en sus críticas fue Espinar, al culpar directamente a la dirección estatal de los resultados por haber convertido el partido «en un solar sin nadie que les moleste», con su «sectarismo» y su «endogamia»; por hacer una campaña «teledirigida desde Madrid», con una «agresividad indiscriminada» hacia los medios de comunicación; y por basar esa campaña en los pactos de gobierno, que sólo transmiten que «no hay proyecto más allá del reparto de poder».
Las palabras de Errejón, aunque menos ásperas, sonaron igual de críticas. Según escribió en Twitter, el Podemos que crearon en 2014 «ya no existe». «Existe una cosa que se llama UP y que tiene los resultados de siempre de IU. Hoy hay que pensar más allá de una cosa que se llama distinto y que ha vuelto al lugar y la representatividad de IU».