El Gran Premio de Singapur 2025 marca un antes y un después en la Fórmula 1 al convertirse en la primera carrera oficialmente declarada de “riesgo térmico” por la FIA. Las temperaturas nocturnas en Marina Bay superarán los 30 °C con una humedad del 80%, condiciones extremas que obligan a innovar para proteger a los pilotos.
Chaleco refrigerante: el nuevo escudo contra el calor extremo
Ante estas condiciones, pilotos como Fernando Alonso y Lance Stroll (Aston Martin) ya han confirmado el uso de un chaleco refrigerante, un sistema que se coloca debajo del mono ignífugo y está diseñado para mantener el torso y la espalda frescos durante la carrera.
¿Cómo funciona?
Este chaleco, también conocido como el “aire acondicionado de la F1”, es en realidad un sistema hidráulico ultraligero compuesto por:
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- Una camiseta térmica con una red de finos conductos.
- Líquido refrigerante que fluye por las tuberías.
- Una pequeña unidad de bombeo y control que regula la temperatura.
Todo el conjunto está aprobado por la FIA por cumplir con los estándares de resistencia al fuego, esenciales en el automovilismo.
¿Es obligatorio usarlo?
No. Cada piloto decide si lo utiliza o no, pero hay condiciones:
- Si lo usan, deben asumir el peso real del dispositivo.
- Si deciden no usarlo, están obligados a añadir 0,5 kg de lastre para mantener la equidad entre monoplazas.
¿Por qué ahora?
La decisión llega tras el escándalo térmico del GP de Qatar 2023, donde varios pilotos como Logan Sargeant, Esteban Ocon y Lance Stroll sufrieron episodios de agotamiento extremo. La FIA reconoció que el calor representa un riesgo equiparable al de la lluvia o la baja visibilidad.
Desde entonces, se ha trabajado en soluciones tecnológicas para los circuitos más calurosos del calendario, como Marina Bay, donde el aire apenas circula dentro del coche y las condiciones son asfixiantes.
Un avance silencioso pero histórico
El chaleco refrigerante es más que una curiosidad técnica: es una medida de seguridad pionera, que no afecta al espectáculo ni a la competición, pero protege la salud e integridad física de los pilotos en condiciones extremas.
Con este paso, la F1 vuelve a demostrar que puede innovar sin perder esencia, adaptándose a un calendario cada vez más exigente en lo físico y climático.