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El presidente de Castilla-La Mancha destaca la necesidad de reducir la deuda regional, pero critica que los ingresos del impuesto a los bancos beneficien a las comunidades más ricas.

Una postura coherente sobre la reestructuración de la deuda

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha defendido la necesidad de aplicar una quita de la deuda autonómica como parte de la compensación por el retraso en la financiación autonómica que han sufrido varias comunidades en los últimos 11 años.

«Nos hemos tenido que endeudar para mantener los servicios públicos debido a la falta de financiación del Estado. Ahora, lo justo es que el Estado compense este retraso con una reestructuración de la deuda», ha explicado García-Page.

El líder autonómico ha recordado que Castilla-La Mancha lleva años reclamando esta medida, tanto con el gobierno de Mariano Rajoy como con el actual de Pedro Sánchez, y ha insistido en que debe aplicarse a todas las comunidades, no solo a Cataluña.

«Lo que sería inaceptable es que esta quita solo beneficiara a una región. Si se aplica de manera generalizada, contribuirá a mejorar el sistema de financiación autonómica», ha señalado.

Críticas a la oposición del PP a la reducción de deuda

García-Page ha cargado contra el Partido Popular, al que ha acusado de incoherencia por oponerse a la reestructuración de la deuda autonómica.

«El PP siempre ha defendido la necesidad de reducir la deuda, pero ahora resulta que se niega a hacerlo. Es un sinsentido. Cuanto menos endeudada esté una comunidad, más margen tendrá para invertir en sanidad y educación», ha afirmado.

El presidente regional ha señalado que, si bien la quita de deuda en Castilla-La Mancha no alcanza los 6.500 millones de euros que la comunidad adquirió durante el mandato de María Dolores de Cospedal, sí supone un alivio financiero importante.

«En solo cuatro años, Cospedal duplicó la deuda de la región y encima cerró hospitales y recortó servicios públicos. Lo justo sería que ahora la comunidad pudiera liberarse de esa carga», ha argumentado.

Rechazo al reparto del impuesto a la banca condicionado por Puigdemont

Aunque García-Page apoya la quita de la deuda, ha mostrado su rechazo total al actual reparto del impuesto a la banca, pactado con el expresidente catalán Carles Puigdemont.

«No tiene sentido que se recauden fondos de los bancos con un criterio progresista, pero luego se repartan favoreciendo a las regiones más ricas, como Madrid y Cataluña», ha criticado.

El presidente castellanomanchego ha calificado esta distribución como «reaccionaria», propia de la extrema derecha, y ha lamentado que el Gobierno de Pedro Sánchez no haya tenido fuerza suficiente para aplicar el impuesto con criterios de equidad.

«Me entristece que el PSOE termine aceptando un reparto que perjudica la igualdad y la cohesión territorial de España», ha afirmado.

Compromiso con Castilla-La Mancha por encima del partido

García-Page ha insistido en que su prioridad es defender los intereses de Castilla-La Mancha, independientemente de las directrices de su partido.

«No soy una sucursal de Ferraz ni de Génova. Mi único compromiso es con mi tierra. Los presidentes autonómicos no estamos para recibir consignas, sino para velar por nuestras comunidades», ha subrayado.

El presidente autonómico ha reiterado que su gobierno seguirá apoyando medidas que beneficien a la estabilidad financiera de Castilla-La Mancha, pero se opondrá firmemente a aquellas que perjudiquen la equidad entre territorios.

«En la misma reunión en la que apoyaremos la reestructuración de la deuda, nos opondremos rotundamente al reparto injusto del impuesto a la banca», ha concluido.

Con estas declaraciones, García-Page refuerza su postura como defensor de la autonomía regional dentro del PSOE, manteniendo una línea crítica con las cesiones del Gobierno central a los partidos independentistas.