Lambán, García-Page y Susana Díaz alzan la voz contra el “afán controlador” del presidente
La publicación de una serie de mensajes de WhatsApp entre Pedro Sánchez y el exministro José Luis Ábalos ha sacudido el panorama político español, generando una profunda fractura interna en el PSOE. Las reacciones no se han hecho esperar, y tres de los principales barones socialistas señalados en esas conversaciones —Javier Lambán, Emiliano García-Page y Susana Díaz— han expresado su malestar por el contenido y el tono revelado, criticando la actitud autoritaria y excluyente del presidente del Gobierno.
Acusaciones de tono “iracundo” y falta de tolerancia al disenso
El expresidente de Aragón, Javier Lambán, uno de los principales críticos de la actual dirección socialista, ha desvelado que recibió llamadas telefónicas de Sánchez con un tono “intolerable” y cargado de “ira”. Según Lambán, el presidente reaccionaba con una actitud más propia de una “obsesión” que de una discrepancia política legítima:
“Me sorprendía la pérdida de control que percibía ante comentarios míos que no le gustaban.”
El dirigente aragonés también afirmó que sus interacciones con Ábalos o Santos Cerdán eran más “cordiales”, en contraste con la actitud de Sánchez, a quien acusó de tener dificultades para aceptar voces críticas dentro del partido.
García-Page ironiza sobre los intentos de silenciarlo
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, también aludido en los mensajes por sus críticas a los pactos con EH Bildu, reconoció que en los primeros compases de su relación con Sánchez hubo intercambios de mensajes de “tono subido”, aunque aclaró que nunca recibió una llamada directa de advertencia.
Con su habitual ironía, Page apuntó que los encargados de frenar sus críticas no cumplieron con el encargo:
“Los que tenían el mandato de apretarme no han cumplido.”
Susana Díaz: “Verlo por escrito es doloroso”
La exsecretaria general del PSOE andaluz y expresidenta de la Junta, Susana Díaz, también respondió a la filtración asegurando que le dolió especialmente leer los mensajes del presidente:
“Una cosa es que te lo cuenten y otra verlo por escrito.”
Díaz reivindicó su lealtad al partido, pero recordó que eso no implica renunciar a opinar:
“No merecía la pena gobernar a cualquier precio y con cualquier partido”, sentenció en alusión a la actual coalición gubernamental.
Ferraz intenta restar importancia al escándalo
Desde la dirección del PSOE, el enfoque ha sido minimizar la polémica. En la reunión de la Ejecutiva no se abordó el tema, y la portavoz, Esther Peña, llegó incluso a bromear:
“Mi chat de primos tiene más interés.”
A pesar del impacto mediático, el partido ha confirmado que no emprenderá acciones legales por la filtración, enfocando su atención en quién filtró los mensajes, más que en el contenido.
El PP acusa a Sánchez de encubrimiento
La oposición, liderada por el PP, ha aprovechado el escándalo para atacar con dureza al Gobierno. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, calificó la situación de “lamentable” y aseguró que en Moncloa hay “más preocupación por los mensajes que por el apagón eléctrico”.
Desde Génova, el mensaje es claro: los mensajes prueban que Sánchez conocía los movimientos de Ábalos y no actuó, por lo que han vuelto a exigir elecciones generales como salida a lo que consideran una crisis institucional encubierta.
División entre los socios de coalición
La tensión también ha alcanzado a los socios de gobierno. Mientras Sumar ha pedido investigar la filtración, desde Podemos se exige a Sánchez que dé explicaciones, al considerar “inverosímil” que el presidente ignorara los supuestos tejemanejes del exministro de Transportes.
Un nuevo frente abierto para el Ejecutivo
Esta nueva crisis reabre el debate sobre la tolerancia interna en el PSOE, el estilo de liderazgo del presidente y la gestión de las disidencias dentro del partido. La filtración de los mensajes no solo ha dañado la imagen de unidad, sino que ha avivado las tensiones latentes en un partido que enfrenta una etapa de alta sensibilidad política tanto en lo interno como en lo institucional.